jueves, 5 de agosto de 2021

¡Se volvió loco Barbarito!

Blues Alive (Gary Moore, 1993)

BLUES ROCK. Siempre he pensado que aquel que busque zambullirse en el blues escuchando a Gary Moore, seguramente debe pensar que si quieres buen jazz, ponte a Michael Bolton. Ideas muy respetables, pero para mí muy alejadas de la realidad. Supongo que habrá quien vea en la fiereza del norirlandés los ecos impagables del gran Johnny Winter. Yo lo que veo es a un cruce entre el Jeff Beck más formulaico y el Eric Clapton maduro, ese guitarrista insípido a quien ya casi nadie soporta.

Creo que ha quedado claro: no me gusta lo que hace el señor Moore. Y tampoco voy a ir de enterado, porque la verdad es que nunca he pasado de este disco a la hora de interesarme por sus hazañas. Si lo respeto por algo es por haber estado en Thin Lizzy el suficiente (poco) tiempo para escribir "Still in Love with You", porque lo que es este blues de cartón piedra, solos atléticos y pasión postiza, no me gusta nada. Lo de "Jumpin' at Shadows" más bien es la excepción que confirma la regla.

Como curiosidad, comentar que he visto hace poco un video en el que Moore acompaña a B.B. King. Ante lo pacato y recatado de su actitud, hay quien comentaba que era toda una muestra de respeto hacia sus mayores por parte de un guitarrista con la habilidad para comerse a B.B. en cuanto hiciera a su mano izquierda correr por el mástil con la velocidad de costumbre. Un comentario que demuestra lo mucho que se aprecia la velocidad y el poquísimo valor que se le da al soul, al duende, a la emoción infinita que muy pocos pueden despertar en el resto de la humanidad con solo pulsar una nota. Así nos va.

★★☆☆

1 Cold Day in Hell 5:35
2 Walking by Myself 5:00
3 Story of the Blues 7:32
4 Oh Pretty Woman 4:25
5 Separate Ways 5:48
6 Too Tired 4:34
7 Still Got the Blues 6:44
8 Since I Met You Baby 3:02
9 The Sky Is Crying 8:50
10 Further on Up the Road 5:34
11 King of the Blues 6:13
12 Parisienne Walkways 7:03
13 Jumpin' at Shadows 5:51
Total length: 76:11

Este disco me llegó a una edad temprana en la que estaba ávido por experimentar con músicas que gente que respetaba encontraba maravillosas, pero no estaban en lo que podíamos llamar mi radar musical. El blues no era una excepción, y claro, aquí venía envuelto en rock hasta los ojos, con lo que la cosa tenía que entrarme sí o sí.

Así me obcequé en ponerme el disco una y otra vez hasta obligarme a disfrutarlo y de alguna forma lo conseguí. De alguna forma, porque ahora que ha pasado el tiempo soy consciente de que nunca me gustó realmente. Siempre me pareció largo hasta el hartazgo, cosa que en esa época, con mi exigua colección de cassettes caseros más algún CD o vinilo, nunca había sido un problema.

A esa dificultad que encontraba para engullirlo de una sentada, con los años y las escuchas se le añadió que empezaba a verle las costuras a un producto muy formulaico, a un ejercicio de estilo que no estaba mal, pero al que le faltaba la autenticidad, el rajo y la pertinencia de lo que me decían los grandes bluesmen negros. No es cuestión de racismo, es que esto está demasiado encorsetado, demasiado milimetrado y demasiado limpito, por muy rugoso y muy eléctrico que suene, como para que me lo crea.

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