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viernes, 4 de enero de 2013

La tempestad que colea

Tempest (Bob Dylan, 2012)

ROCK. En una entrevista reciente al maestro, trataban de comparar este Tempest con el último drama de Shakespeare. La insinuación de que estamos ante la última obra de Dylan lleva revoloteando desde hace un buen tiempo. Él por su parte no deja de dejar claro que eso no es así. Y lo hace con rotundidad, con esta cuarta pata para el suntuoso banco que se apoyaría en sus obras de madurez más grandes. Tempest suena avasallador. Al nivel de ese trío mágico que forman Time Out of Mind (1997), Love and Theft (2001) y Modern Times (2006). O casi, porque toda afirmación tiene sus matices.

El disco es un dechado de virtud en eso que parece tan fácil, que es hurgar en la tradición. Es lo que Dylan lleva haciendo desde siempre y con más descaro si cabe desde hace veinte años cuando editara ese Good As I Been to You (1992), donde recuperaba las raíces de la música norteamericana en forma de versiones. En esta última entrega redobla esfuerzos para sonar pertinente con los materiales más manoseados. Riffs y melodías que nos van a sonar y letras plagadas de asesinatos, suicidios, sangre, emoción y tragedia. Líneas robadas a William Blake, sacadas de oraciones infantiles o de John Lennon se entremezclan con los versos del Bardo en busca de un efecto nuevo y sorprendente. Lo consigue. Consigue que volvamos a creer en esto de la música con joyas como "Duquesne Whistle" o "Tempest", quizás las piezas clave del disco, sin desmerecer al resto, que raya en todo momento a gran nivel.

También hay que pagar un peaje elevado para poder disfrutarlo. Más en estos tiempos de prisas en los que no va a ser fácil comprender la necesidad de someterse a canciones de duración tan elevada. Y es que la mitad de los temas superan los siete minutos. No dudo que es lo que necesita Dylan para desarrollar sus historias, pero esto hace al disco algo farragoso. En todo caso, deliciosamente farragoso.

Bob Dylan se erige en uno de los grandes artistas del pastiche. Quizás la única forma de arte que sigue teniendo validez en tiempos en los que parece estar todo inventado. Sigue las enseñanzas del posmodernismo como un T. S. Eliot del rock. Esto me devuelve a la comparación con Shakespeare. No sé si es descabellada, aunque como dice el de Duluth, la obra postrera de Shakespeare se titula The Tempest y su disco solo Tempest. No es lo mismo, ¿verdad? Que nadie lo entierre todavía.

★★★

1 Duquesne Whistle 5:44
2 Soon After Midnight 3:28
3 Narrow Way 7:28
4 Long and Wasted Years 3:47
5 Pay in Blood 5:10
6 Scarlet Town 7:17
7 Early Roman Kings 5:14
8 Tin Angel 9:05
9 Tempest 13:55
10 Roll on John 7:26
Total: 68:34

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