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lunes, 21 de enero de 2013

Mi apocalipsis

Apocalypse (Bill Callahan, 2011)
 


Bill Callahan entrega con Apocalypse su obra más madura y más rotunda. Puede que no la más disfrutable, eso sí. El cuarto álbum a su nombre fuera del paraguas de Smog es un dechado de virtudes que estallan en plenitud. Un disco adulto que refulge con melodías tan prístinas como huidizas. Un producto donde el proceso de creación parece haber sido congelado en un rictus encantador. Unas canciones que parecen haber sido cazadas al vuelo más que compuestas.

Apocalypse se mira en obras muy mayores de la música popular. Recoge el pesado testigo de Astral Weeks (Van Morrison, 1968). Logra evocar una atmósfera parecida cambiando lo vegetal por lo mineral. Ambos están hechos de canciones largas, llenas de matices, donde el requiebro vocal y el instrumental sorprende a cada paso. También veo cosas de ese prodigioso Spirit of Eden (Talk Talk, 1988). Un espíritu experimentador desde las raíces. Un rock que no quiere parecerlo. Un algo inasible, bello, imperecedero.

Bill Callahan vuelve a dar en el blanco. Su talento rebosa sin límite aparente. Como Van Morrison, domina en la interpretación. Tan solo cambien el rugido multicromático del de Belfast por el tañido grave como de bronce del norteamericano. Añádanle electricidad susurrante y podrán saber de qué hablo. O escúchenlo. Sí, mejor, mucho mejor.
 
★★★★☆
 
1 Drover 5:25
2 Baby's Breath 5:30
3 America! 5:33
4 Universal Applicant 5:53
5 Riding for the Feeling 6:06
6 Free's 3:13
7 One Fine Morning 8:46
Total: 40:26

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