PACHANGA. Es que Manu Chao no es un producto de hace dos días, como podemos apreciar en este disco bastardo que muestra siquiera de refilón las mil caras del geniecillo.
Ingredientes de su posterior pachanga reivindicativa: organillos de juguete, componente salsero (muy diluido aún), fusión multicultural (y lingüística), se mezclan en un cocktail no completamente exitoso pero que apunta alto. Aquí hay de todo: The Clash, salsa, pachanga, reggae, rock, rap, bromas y ragtime, todo mezclado pero no agitado.
Demasiado inconexo y apresurado para ser una obra maestra, pero tremendamente disfrutable. Para darte a la mala vida.
★★★☆☆
Total: 38:35
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