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viernes, 12 de diciembre de 2025

Ley no escrita

La ley innata (Extremoduro, 2008)

 

ÓPERA ROCK

"Est enim, iudices, haec non scripta, sed nata lex, quam non didicimus, accepimus, legimus, verum ex natura ipsa arripuimus, hausimus, expressimus, ad quam non docti, sed facti, non instituti, sed imbuti sumus". (Cicero)

["Existe, de hecho, jueces, una ley no escrita sino innata. La cual no hemos aprendido, heredado, leído, sino que de la misma naturaleza la hemos agarrado, exprimido, apurado. Ley para la que no hemos sido educados, sino hechos, y en la que no hemos sido instruidos sino empapados" (Cicerón)]

Palabras antiguas y sabias sobreimpresas encima del Hombre de Vitruvio. Clasicismo sin mácula ni doblez para enmarcar la obra definitiva de Extremoduro. Un disco asediado por el concepto hasta inocularlo en cada repliegue, cada verso y cada cita musical repetida a lo largo de sus surcos. Una obra arreglada al detalle y que cuenta con la exuberante participación de trompetas, oboes, pianos, coros y hasta una orquesta de cámara dirigida por el libanés Ara Malikian, que también aporta su expresivo violín. 

Todo un lujo inédito en la banda para que Robe Iniesta saque a relucir las heridas sangrantes de su corazón y se vacíe en una ópera rock en seis actos donde domina la armonía clásica en el sentido más rotundo del término. Sí, la música clásica tiene una influencia decisiva en estas composiciones llenas de retruécanos y con las dinámicas alambicadas de costumbre. También sigue habiendo rock, cómo no, pero concentran el sulfuro en un tercer movimiento brutal que galopa brutal y casi asfixiante. Un periplo que apremia al oyente a salir a respirar, cosa que afortunadamente podemos hacer en un tramo final que reincide en las acertadas melodías y la poesía con la que nos había abrazado el álbum en sus primeros movimientos.

En resumidas cuentas, un disco maravilloso, de una belleza prístina y que entra solo a pesar de su monumentalidad gargantuesca y su aparente pretenciosidad. Esto último no es tal, las escuchas así lo revelan. Porque La ley innata marca otro punto clave en la discografía de los extremeños. En él, Robe demuestra su maestría trajinando con los extremos. Puede que ni lo duro ni lo excesivamente engolado acaben de cuajar al 100%, pero el mérito de la obra al mostrarnos al Iniesta más otoñal y casi diría que crepuscular es inmenso. Lo cierto es que no admite lugar para unas dudas que siempre revolotearon en mi cabeza. Esta vez tenían razón todos los oráculos: su mejor álbum y una obra maestra inapelable.

★★★★☆

1 Dulce introducción al caos 7:42
2 Primer movimiento: El sueño 6:03
3 Segundo movimiento: Lo de fuera 11:43
4 Tercer movimiento: Lo de dentro 7:37
5 Cuarto movimiento: La realidad 5:49
6 Coda flamenca (Otra realidad) 6:14

Total: 45:08

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