
ROCK ALTERNATIVO. De esto se trata con un disco de debut. Algunos se empeñan en ser los más listos de la clase ya desde el principio, como si el hecho de ser (más bien parecer) especiales fuera tan importante. Lagartija Nick, sin embargo, ya sea por el territorio yermo que había en el país para este tipo de rock o porque entendieron perfectamente de qué iba esto, se dedicaron a escamotear los mejores riffs de los Stooges de lo que fueron capaces, añadirles esa actitud pendenciera y como indolente a letras y estilo vocal... Et voilà... Pepinazo de rock crudo para la eternidad.
Eso es lo que nos encontramos, como mínimo, en los primeros seis temas. Una cara A que exuda rock sin adjetivos ni modulaciones. Con mayúsculas. Todavía les quedaban lejos sus coqueteos con el pop, algo que les daría nuevos réditos en el futuro, pero que aquí o no está o cuando saca la patita los deja a la intemperie, torpes y como a medio hacer.
No, está claro que aún no estaban preparados para las sutilezas ni para dejar el abrazo de Sonic Youth. Por eso este álbum, aparte de directo y descarnado, está también tan descompensado. Continuando los tintes evanescentes de "El mundo desaparecido de los guantes", la cara B añade unos toques de psicodelia y de conatos melódicos que, aunque empiezan refrescando el ambiente, acaban por sentenciar que no estaban listos para firmar su obra maestra. Y eso que aquí hay momentos de esos capaces de volarte la cabeza. Por eso le tenemos tanto cariño al primero de Lagartija. Y también por eso jamás podrá ser nuestro favorito. ¿O quizás es que siempre lo ha sido?
★★★☆☆
A1 No lo puedes ver ✔
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