GRUNGE. Recopilatorio de rarezas y caras B de la primera época del grupo. Mucho más sustancioso de lo que parece a priori, puede convertirse en toda una sorpresa para cualquier oyente desprevenido. El secreto de su éxito está en contar con un surtido de alto voltaje emocional en el que combinan, como siempre han hecho, lo sentimental y lo ampérico. Pero es que encima, la calidad de las canciones no es lo que uno se espera precisamente de una colección de descartes.
Tampoco podemos decir que el disco fluya con una facilidad pasmosa ni que disfrute de una coherencia a prueba de bomba. Este entretenimiento entre álbumes mayores contiene remansos que aplacan el ardor más de la cuenta, momentos algo más que deshilachados e incluso canciones a medio terminar. Pero también incluye temazos incontestables mientras nos presenta a los Smashing Pumpkins más reconocibles. Esos que no se arredran ni ante una distorsión de varios gigatones ni ante los acordes más brumosos que puedan salir de sus manos.
Ante las dudas, mejor espantarlas al calor de canciones tan rotundas como "Soothe", "Frail and Bedazzled", "Whir", "Starla" o "Pissant". Que algunas otras amenazan con hacer temblar el invento... No pasa nada. Dale otra vuelta, acomódate en el sillón. No te digo que vayas a tener el viaje de tu vida, pero sí que te puedo asegurar un muy buen rato de diversión. Ya verás. Han pasado varias décadas ya y el tiempo me está dando la razón.
★★★☆☆
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