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domingo, 14 de abril de 2013

Ritmo motórico y rock fumeta

 
Neu! (Neu!, 1972)
 

MOTORIK ROCK. La metronómica e inexorable "Hallogallo" marca la pauta. Señala hacia donde soplan los vientos de este disco, que estrenaba el concepto de 'motorik rock' con el que uno de sus creadores lo definió. Una etiqueta algo limitada si sopesamos el conjunto, con los ambientes fantasmagóricos de "Sonderangebot" y "Im Glück", más el rock al ralentí de "Weissensee" o la trepanación sónica (martillo neumático incluido) de la brutal "Negativland". 

Klaus Dinger y Michael Rother dejaron Kraftwerk con la idea de liarla a base de bien, y vaya si lo hicieron. Este debut no es que fuera un cataclismo en la época. Aun vendiendo bastante bien para un disco underground, pocos podían imaginar lo influyente que llegaría a ser esta obra con el paso del tiempo. Si hablamos de krautrock, este disco es referencial, pero lo mejor es que no se limita a ese estilo y con los años se ha convertido en visita obligada para gourmets y casi cualquiera con pretensiones creativas en esto del rock moderno.

Neu! es una obra exigente, pero muy gratificante. Se puede paladear desde diferentes ángulos y se le puede sacar muchísimo jugo. Es envolvente y atmosférico, opresivo por momentos, saca pecho con un ruidismo del que el noise de los 80 y 90 tomó muy buena nota, y sacude al oyente con su rítmica nuclear. Eso es lo más destacado de un disco que celebra la precisión y la obcecación de las matemáticas y las plasma con un metrónomo industrial y metalúrgico de una frialdad marcial e inhumana de primeras, pero que acaba siendo profundamente emocional. Tal vez ahí esté su secreto, en ese pálpito inclemente, maquinal y, sobre todo, ¡nuevo! Revelaciones de un futuro que ya es pasado.

★★★★★

A1 Hallogallo 10:07
A2 Sonderangebot 4:50
A3 Weissensee 6:42
Jahresübersicht
B1    a) Im Glück 6:52
B2    b) Negativland 9:46
B3    c) Lieber Honig 7:15
Total length: 45:32

Neu! lo formaban Michael Rother y Klaus Dinger. Surgió a raíz de su abandono de Kraftwerk. Esta ruptura con lo anterior se refleja en la portada de este disco, la cual repetirían con variantes en posteriores trabajos. Esta era de una simpleza inmaculada y bebía del pop-art tan de moda en la época como opuesto a las ideas estéticas de los militantes en el krautrock.

Dinger fue el que bautizó el sonido de temas como "Hallogallo" o "Negativland" como ritmo Motorik, aunque esto es dudoso porque él mismo niega haber usado ese nombre. Sea como fuere, este fue el comienzo de ese subgénero (motorik rock) del que este álbum fue el germen y el exponente máximo. Este ritmo es un simple y obsesivo 4/4 con apenas interrupciones. El resultado es una hipnosis maquinal, un bucle robótico de indudable poder mántrico.

El disco es respetadísimo en la actualidad por su influencia incontestable y aún así sus ventas en la época fueron exiguas como merece cualquier obra experimental con intenciones rupturistas.

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