martes, 7 de septiembre de 2021

Difícil equilibrio

The Evens (The Evens, 2005)

POST-POST-HARDCORE. Cuando Ian MacKaye y Amy Farina se unieron para formar este dúo dinámico no eran ningunos imberbes en esto de la música. La primera contaba con una trayectoria algo más discreta como batería de The Warmers, pero el señor MacKaye lo había sido todo en el underground, ya sea desde las filas de Minor Threat o las de Fugazi. El guitarrista había sido responsable directo del nacimiento y/o el desarrollo del hardcore y su consecuencia, el post-hardcore. Siempre desde el ángulo de la integridad artística y personal, desde ese "hazlo tú mismo" que ha llevado por bandera como nadie, su trabajo ha sido el de desnudar la música desde diferentes ángulos para presentársela al mundo en su esencia más primigenia, dolorosa, bella y brutal.

Aquí los de Washington se unen para recrudecer aún más lo que siempre habían hecho cada uno por su lado. Al menos en el sentido ornamental del término. Casi se puede decir que renuncian a la electricidad y a todo lo que huela a arreglo y se dedican a facturar un rock semiacústico básico y directo como un puñetazo a la boca del estómago. Esto hace que luzcan mucho más cosas como las síncopas ocurrentes y asesinas de Farina a la batería y los empastes vocales de ambos, ya sean a dos voces o alternándose al micro.Y ahí está tanto la novedad como lo más interesante de un disco que también hace que te den ganas de ponerte la discografía completa de esos Fugazi de los que hablaba arriba. Será lo que supone el ser su derivación más directa y más natural.

★★★

1 Shelter Two 3:07
2 Around the Corner 3:25
3 All These Governors 3:08
4 Crude Bomb 2:18
5 Sara Lee 4:34
6 Mt. Pleasant Isn't 2:17
7 Blessed Not Lucky 2:58
8 If It's Water 4:14
9 Until They're Clear 1:39
10 On the Face of It 2:15
11 Minding Ones Business 4:28
12 You Won't Feel a Thing 2:49
Total: 37:12

 

Este es uno de esos discos que caen por su propio peso. La trayetoria de Ian MacKaye no podría haberse dirigido a otra cosa que no fuera esta desnudez impúdica. Las pistas estaban por todas partes. Ese hardcore encuadrado en el movimiento Straight Edge con el que empezó, con todas sus implicaciones: nada de drogas, alcohol y vegetarianismo militante. 

Un cuidado del cuerpo y el alma que se traduce en un viaje a lo esencial que simplemente tenía que culminar aquí, en el calor del hogar.

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