Grace and Danger (John Martyn, 1980)
FOLK HECHO PEDAZOS. Tratando de recoger los pedazos de su relación con Beverly Kutner, John Martyn se refugia en la colaboración con su gran amigo Phil Collins y juntos tratan de modernizar el sonido del bardo escocés. Un intento que tampoco fue tan lejos como cabría esperar. La personalidad de Martyn, no lo duden ni un momento, no permitía más cabriolas de la cuenta en su acercamiento a la comercialidad.
Así las cosas, corazones rotos de por medio, drogas y alcohol a raudales, alianza algo más intensa con un funk que ya llevaba tiempo acariciando... El disco de divorcio de Martyn no deja de contener ese sonido extraño y único que siempre había destilado. Sigue habiendo jazz y melodías oblicuas. ¡Pues vaya domesticación de pacotilla! dirán ustedes. Y sí, todo eso se queda más en la intención que en la concreción, por mucho que sí que haya momentos más cercanos, más agradables y a veces más predecibles y aburridos.
Casi de todo podemos encontrar en un disco que, como la mayoría de las crónicas tras una separación traumática, satisface siempre más al autor que al público. Ya lo sé, ahí está Blood on the Tracks (Bob Dylan 1975), pero no me negarán que esto está más cerca de cosas más dudosas, como Here, My Dear (Marvin Gaye, 1978) o Suite for Susan Moore and Damion: We Are One, One, All in One (Tim Hardin, 1969). Un poco mejor o un poco peor, lo cierto es que lo mayor virtud de este disco es el bravo intento por reinventarse que tuvo un John Martyn que siempre se caracterizó por ser dueño de una inquietud envidiable.
★★★☆☆
Total: 39:21
Xxx
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