HIP ROCK. Aquí hay que hablar de primeras impresiones. Un disco que abre como lo hace este no puede pretender que no lo juzguemos por su impacto inicial. Un impacto brutal, hay que admitirlo, con el que ya nos está diciendo claramente que aquí sutilezas las justas. Algo que podrá gustarnos más o menos, pero que es una opción perfectamente válida cuando se trata de rock. Máxime si este se nos presenta más duro que una roca.
Una opción que tengo que dejar para un tipo de público que está en mis antípodas. Porque si el rock es machorro por naturaleza, aquí la tuerca se ha trasroscado de manera irreparable. Si el rap no se ha hecho para lucir humildad, aquí eso es que ni se huele. En otras palabras, Kid Rock, en su más que unánime obra magna, lleva al rock y al rap a sus extremos más accesibles, horteras, simplones, predecibles y absolutamente abominables si buscas un mínimo de buen gusto. Aquí todo es apabullar, alardear y abusar sin una base, sentido o intención.
Si no esperaba que esto fuera arte, el estar incluido en ese 1001 discos que hay que escuchar antes de morir (sí, lo sé, tiene cojones), me hacía tener la remota esperanza de que fuera entretenido. Puede que lo sea, no seré yo quien se lo niegue, pero desde luego, para echar el rato con esta música hay que despojarse de tantas cosas, de tantos años de educación musical, de tantos sonidos que han ido haciéndonos seres complejos y exigentes, que no sé, o me ha llegado en mal momento o es que directamente es una mierda. En cualquier caso, uno de los peores discos que han ensuciado mis oídos.
⓿
Total: 71:10
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