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domingo, 25 de agosto de 2024

... Como si fuera esta noche la última vez

Alive! (KISS, 1975) [DIRECTO]

HARD GLAM. El primer directo de KISS surgió de la más pura necesidad. El grupo se encontraba en un momento extraño en el que llenaba en sus conciertos y era lo más en el boca a oreja del mundillo, pero no vendía discos, o no los vendía en la cantidad que debería de acuerdo a esa popularidad. Para el cantante, Paul Stanley, el problema estaba en la falta de fuerza de unas grabaciones incapaces de reflejar el poder de la banda en vivo. Así, era normal entender que la gente fuera a sus conciertos, por la pirotecnia y el espectáculo, pero no tuviera la necesidad de comprar los discos.

De todo esto surgió la idea de grabar un disco en directo para tratar de capturar en plástico toda la crudeza de la banda. El título, lo tuvieron claro, iba a ser un homenaje directo al maravilloso disco en vivo de Slade, una de sus mayores influencias. Toda una serie de expectativas idílicas que se truncaron cuando tuvieron el resultado en sus manos. Una grabación llena de fallos, desafinaciones, momentos en los que se cantaba lejos del micro... Un desaguisado que no iba a aumentar el prestigio de la banda precisamente.

Por ello, se emplearon a fondo en unas sesiones maratonianas de doblajes que, según las malas lenguas, dejaron al álbum totalmente irreconocible. Ellos mismos han confirmado el rumor en diferentes momentos dejando claro que las pistas de batería fueron lo único que no se retocó de las grabaciones originales. Una labor de restauración que ha restado muchos enteros a la hora de valorar la obra, pero que ¿es algo tan importante? ¿Es algo que no nos pudiéramos esperar de los de Detroit?

Yo lo que escucho aquí es buen rock and roll a chorro con momentos de tontería, mucha brillantina y energía a borbotones. Ni me sorprenden los retoques ni me importan en demasía. Creo que el que se eche las manos a la cabeza no ha visto la portada ni se ha parado a pensar qué demonios ha hecho KISS desde que empezaron. ¡Pero si usan fuego y escupen sangre de pega en sus conciertos! Como aproximación a su primera época, este álbum doble me parece ejemplar. Y como molde para lo que debía ser un disco en directo a partir de entonces, da igual que nos guste más o menos, lo cierto es que lo fue con creces.

Por todo esto, sopesando lo grandioso y lo abyecto, lo artificioso y el meollo, el primer directo de KISS, uno de sus álbumes más vendidos, lo cual no es decir poco, es más que válido. Hay quien dice que es su mejor trabajo. Habiendo escuchado otro de los candidatos (Destroyer (1976)), voto que sí sin dudarlo. Sin embargo, sin ser descabellada la idea, tampoco diría que está entre los mejores de la historia. Creo que le sobran demasiadas cosas y le falta demasiada credibilidad como para tutear a tótems como Kick Out the Jams (MC5, 1969) o ese Slade Alive! (Slade, 1972) en el que se espeja. Ahora bien, su importancia no debería ser puesta en duda. Y tampoco su capacidad para hacernos pasar un buen rato.

★★★☆☆

A1 Deuce 3:56
A2 Strutter 3:12
A3 Got to Choose 3:35
A4 Hotter Than Hell 3:11
A5 Firehouse 3:42
B1 Nothin' to Lose 3:23
B2 C'mon and Love Me 2:52
B3 Parasite 3:21
B4 She 6:42
 
C1 Watchin' You 3:37
C2 100,000 Years 11:52
C3 Black Diamond 5:21
D1 Rock Bottom 3:08
D2 Cold Gin 5:21
D3 Rock and Roll All Nite 3:37
D4 Let Me Go, Rock 'n Roll 5:09

Total: 71:35

El trabajo de posproducción, los doblajes de instrumentos y voces fueron salvajes. Eso, que empezó siendo un rumor, parece indudable hoy día tras las declaraciones de los protagonistas. Pero lo que sorprende aún más es que ni siquiera los gritos del público son reales. El productor, Eddie Kramer, se dedicó a seleccionar y ensamblar los mejores gritos del público de sus diferentes conciertos en busca de la fabricación de la experiencia más intensa para un oyente que debía sentirse como si estuviera entre la audiencia mientras sonara el disco.

Ninguno de los protagonistas de todo este falseo parece arrepentirse de ello, y no los culpo. Según ellos, cada uno con sus palabras, todo era en pos de lograr un efecto impactante en el oyente, la recreación más fidedigna, pero sobre todo más sobrecogedora, de lo que era un concierto de KISS. Sin fuego ni sangre ni salpicones de maquillaje, pero con toda la energía y la virulencia que el grupo era capaz de transmitir. Lo cierto es que ahí no podemos negar que tienen razón. Otra cosa es que el fin justifique los medios, pero eso creo que a un grupo como KISS se la trae al pairo.

Al fin y al cabo, como dicen en el disco, esto va de irse de fiesta, de colocarse y de creer en el rock and roll sobre todas las cosas. Muy naif, cierto, incluso tontorrón, pero para mucha gente, lo único a lo que agarrarse en sus tediosas y grises vidas.

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