ROCK VAMPÍRICO. Tres discos y fuera. Lo de los Sisters no ha tenido parangón en la historia de la música. Tres discos, tres cambios de formación, tres formas de tratar de encontrar lo que sea que buscara Andrew Eldritch, vocalista y único miembro superviviente de todas las encarnaciones de la banda. Y ya está. Ni una grabación de estudio más. Este iba a ser su testamento, su lápida y su entierro. Una obra en la que el de la voz marmórea iba a abrirse al rock sin rodeos para demostrar por fin eso que había dicho de que ellos no eran un grupo de rock gótico, sino hijos directos de Altamont y del rock anterior a los 70.
Si, como decía el cantante, ellos eran los únicos capaces de expandir ese espíritu liberador, de recoger la antorcha de los grandes clásicos, puede que este disco sea el que le dé la razón de una vez por todas. No es que con él hayan cortado los lazos estéticos y sónicos con esa cultura gótica que tanto se empeña en alejar de su lado, pero sí que percibimos una intención más directa hacia el rock sin tapujos, con canciones llenas de riffs demoledores y de corazón clásico, con melodías certeras y poderosas y con un aligeramiento de lo sintético que convierten al tercero y último de los Sisters en su trabajo más comercial, inmediato, efectivo y fresco. Un gran disco que, a pesar de ser el menos especial por todo lo que acabo de decir, es el que recomendaría a cualquiera para entrarle a los de Leeds. Siempre que no se trate de un siniestro de manual, claro.
De este disco me gustan muchas cosas, y cada vez más. Me encanta lo orgánico de su sonido, cosa que tampoco hay que exagerar, porque sigue sonando a synth rock en las antípodas del rock and roll más tradicional, pero que está ahí si lo comparamos con toda su obra anterior. También me encanta su ritmo desbocado y sus coros contagiosos. Y por supuesto, lo que más, un listado de temas que no tiene igual en su canon. Puede que el primero me guste más por su oscuridad masticable y por ser el molde para todo un movimiento, pero no tengo dudas de que este lo disfruto incluso más. Entendiendo el disfrute como todo lo contrario a lo que pretende provocar un disco de Sisters of Mercy. Quizás por eso me guste tanto. Porque me choca sobremanera al sacudir los cimientos de todo lo que daba por supuesto. Ah, el arte señoras y señores, así que el arte era esto.
★★★★☆
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