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miércoles, 13 de noviembre de 2024

Los estertores del fin de una era

Songs of a Lost World (The Cure, 2024)

 

ROCK GÓTICO. A dieciséis años de su último trabajo y al doble de años de ese Wish (1992) con el que dieron su último golpe en la mesa, se hacía muy difícil esperar algo que mereciera la pena por parte de los Cure. No voy a negar que pocos me ganaban a pesimista a ese respecto. Por eso no dejo de ponerme este Songs of a Lost World con una mezcla de maravilla e incredulidad, como si estuviera siendo la víctima de alguna cámara oculta y alguien fuera a despertarme de mi sueño para confesar que, efectivamente, todo era una broma.

Sin embargo, pasan los días, estas canciones se van asentando en mi subconsciente y poco a poco se van vertiendo en mi torrente sanguíneo hasta poder hacerlas mías, hasta poder sentir en mi interior todo el dolor y casi diría el desgarro que han llevado a Robert Smith a parir una de sus obras más emocionantes y más sentidas, atiendan, de siempre. Por supuesto que me dejo llevar por el entusiasmo. Por supuesto que este disco no puede compararse con sus joyas más inmarchitables, o quizás sí, porque a estas alturas no solo es lo mejor que podíamos esperar de The Cure. En realidad, al alargar las introducciones instrumentales como hacían antes, al redondear un disco de solo ocho canciones y menos de cincuenta minutos de duración, nos están diciendo que han comprendido perfectamente que para volver a maravillarnos debían darle la vuelta a todo lo que venían haciendo, a centrarse en las canciones sin importar su cantidad ni su explosividad, a llenarlas de teclados de iglesia como en Faith (1981) y en Disintegration (1989) y a jugar con la distorsión como en los mejores tiempos de Wish (1992).

Si a todo esto le añadimos letras tan abisales y sentidas como ese "this is the end of every song that we sing" que nos suelta Robert en "Alone"; ese "something wicked this way comes to steal away my brother's life" con el que se acuerda de la trágica muerte de su hermano en "I Can Never Say Goodbye"; o ese cierre en la cumbre, o en el abismo, con "Endsong" y sus oscurísimas palabras ("left alone with nothing at the end of every song"), no solo cierra el círculo, sino que parecen querer abrazar una despedida de la que Robert es más consciente que nunca y que es precisamente la que le ha espoleado para crear una obra tan atemporal y tan emocionante que sería el colofón más bonito que pudiéramos desear. 

Digo esto sabiendo que vienen, al menos, dos discos más antes de cerrar el telón, cosa que no deja de inquietarme. No sé, por mucho que el señor Smith haya demostrado aquí que sabe cómo hacerlo, me cuesta pensar que pueda volver a redondear la jugada como ha hecho aquí. Aun así, creo que, como mínimo, se ha ganado el derecho a que sigamos confiando, aunque solo sea un poco más. A ver quién era el guapo que podía anticipar tal veredicto.

★★★★☆

1 Alone 6:48 ✔
2 And Nothing Is Forever 6:53
3 A Fragile Thing 4:43
4 Warsong 4:17
5 Drone:Nodrone 4:45
6 I Can Never Say Goodbye 6:03
7 All I Ever Am 5:21
8 Endsong 10:23
Total: 49:13

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