
DEATH METAL. Existe una cierta unanimidad en colocar este disco entre lo peor que hiciera nunca Death. Bueno, a los auténticos fanáticos de la banda tampoco les gusta ese término y prefieren decir que está entre lo menos bueno de los de Florida, pero lo cierto es que la gran mayoría no muestra demasiado entusiasmo a la hora de ensalzar las virtudes de un tercer álbum al que sí hay que reconocerle la enorme vistosidad de sus solos y su tono decididamente experimental, con el uso y abuso de tempos poco usuales y cambios de ritmo vertiginosos.
Viendo lo que vendría después, parece claro que con Spiritual Healing Chuck Schuldiner estaba poniendo en práctica su plan de huida del death metal canónico añadiéndole complejidad e ingredientes ajenos al género. También letras con algo más de contenido social en una puesta en escena que se acaba mostrando más imberbe de lo esperado. Un resultado que nos deja un disco plagado de ideas y buenas intenciones, pero al que le falta conjuntarlas en el sonido aplastante y definitivo que florecería meses después.
Por eso no puedo estar más de acuerdo con el sentir general. Este disco me parece monótono, con poco gancho y con un nivel de energía algo anémico debido a lo plano de unas canciones interminables. La portada tampoco ayuda, en mi opinión, y veo como una buena noticia que sea la última en la que colabora Ed Repka. El artista había ayudado a crear la estética del grupo con los tres primeros álbumes, pero la idea de sustituirlo para los siguientes trabajos de la banda es de lo más oportuna teniendo en cuenta el cambio sónico y lírico tan brutal que se avecinaba. Algo que se vislumbra aquí, aunque sea a espasmos y sin esa aplastante coherencia que a todos nos gustaría.
★★☆☆☆
1 Living Monstrosity 5:08 ✔
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