lunes, 31 de mayo de 2021

La verbena de las ánimas

A Santa Compaña (Golpes Bajos, 1984)

 

POP. El único disco largo de estudio de Golpes Bajos es una maravilla como se ven pocas. Un disco que parte de la new wave, pero que se ramifica en tantas sonoridades diferentes que se convierte en un animalejo imposible de domesticar. Como un insecto alienígena, "A Santa Compaña" revolotea de manera caótica y absolutamente impredecible. Y como las obras que realmente importan, se nutre de los sonidos, las palabras y las historias del terruño, esa Galicia poblada de meigas y mares embravecidos, de lluvia y olor a tierra y a bosque.

Así aparecen en la portada, como unas viejas de alguna aldea perdida, como unas brujas dispuestas para el conjuro más potente en la queimada de esa noche. Puro juego, choque de contrastes, ironía y amor en un grupo único que supo sonar como nadie. Con su mezcla de post-punk y funk, de música latina y protoelectrónica. Un pop irreverente, socarrón, intenso y más profundo de lo que quiere aparentar.

Así nos sueltan pepinazos como esa entrañable y deliciosa "Hansel y Gretel" o esa maravilla kafkiana que es "Colecciono moscas", la mezcla imposible entre Gregor Samsa y Carmen Miranda. Dos clásicos que son dos hitos del pop en castellano. Dos maravillas que son solo el mascarón de proa de un discazo a prueba de erosión. Por ello, habría que mencionar a cada una de las piezas que lo conforman, del galope cazavampiros de la canción titular a la nostalgia de "Escenas olvidadas" o "Cena recalentada". Una "Escenas..." que precisamente tiene el toque italiano al que homenajean sin tapujos en su estupenda versión de "Come prima". Prólogo ideal para ese cierre precursor de la electrónica a tumba abierta que es "Fiesta de los maniquíes" (¿nadie más ve la sombra de Kraftwerk aquí, siquiera en el título?).

Para acabar señalaría, por si no ha quedado suficientemente claro, que estamos ante un disco enorme que huye de lo caduco a través de una lírica tan abierta y expresiva como evocadora, capaz de dar vida sin esfuerzo al arreglo más ochentero en el que puedas pensar. Así se las gasta el cuarteto en su obra maestra. Un álbum que provoca verdadera adicción y que está entre las mejores obras que se hayan grabado jamás en este país y no exagero si digo a grito pelado que casi en cualquier otro sitio de este planeta.

★★★★★

A1 Escenas olvidadas 4:08
A2 Hazme un nueve 3:09
A3 Hansel y Gretel 2:31
A4 Colecciono moscas 4:38
B1 A Santa Compaña 3:15
B2 Cena recalentada 3:34
B3 Come prima 2:15
B4 La reclusa 3:24
B5 Fiesta de los maniquíes 3:16
Total: 30:10

 

Como ya he dicho, "Colecciono moscas" es para casi todos uno de los momentos centrales de este álbum. Una canción que resume muy bien el sonido del grupo y hasta su idiosincrasia. Un tema construído sobre una base electrónica plagada de soniquetes salseros y latinos. El fondo más imposible para la historia alocada que nos narra Coppini, una mezcla entre La metamorfosis (Franz Kafka, 1915) y La mosca (David Cronenberg, 1986).

Centrándonos en la novela corta del escritor checo, aunque parezca difícil de creer, se ajusta perfectamente al aura de Coppini y los suyos. Misteriosos, desubicados, imposibles de encajar en ninguna corriente... Un grupo tan asocial y tan diferente que tenía que berrear de alguna forma su amor por lo desviado. Una otredad que campa a sus anchas en la canción mencionada y en toda su obra (maestra).

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