Big Beat from Badsville (The Cramps, 1997)
PSYCHOBILLY. Después de dos discos bastante tibios, este álbum intenta poner las cosas en su sitio a base de una potencia de fuego que parecían haber olvidado o diluido demasiado en la mezcla. Será por eso que en su séptimo disco de estudio The Cramps empiezan arrollando a tumba abierta con el volumen al máximo y el pedal de distorsión pisado hasta el fondo. Levantan el pie en una interesante y perversamente ambigua "Like a Bad Girl Should", en la que demuestran una sutileza que parecían haber perdido para siempre. Y a partir de ahí se van sucediendo viñetas coloreadas con un nivel de agresión variable y matizado que nos entregan a los Cramps más atinados desde el ya lejano Stay Sick! (1991).
El secreto de este éxito (moderado) está bien a la vista y es que los neoyorquinos dejan de lado el blues y el country con los que venían probando suerte y se centran en lo que mejor se les da, esto es, surf rock, viñetas de horror camp más cómico que otra cosa y esa adoración compulsiva del rock & roll de los 50 que siempre han moldeado como nadie. Ya sé que muchas de estas cosas en realidad no las habían dejado nunca, pero aquí se dejan de distracciones y lo ponen todo al servicio de un sota, caballo y rey que en ellos siempre se ha mostrado casi infalible.
Por eso esta obra es simplemente un disco de rock & roll bailable y coreable. Una montaña rusa que añade bien poco al parque de atracciones demoníaco que era un grupo que era ya más una marca y un estilo en sí mismo que otra cosa. Un disco más y no el mejor, pero al menos una buena excusa para pasar tres cuartos de hora escuchando una música que por muy manoseada que esté no va a cansarnos ni a la de tres.
★★★☆☆
Total: 43:13
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