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POP. Existen varias ideas preconcebidas con este álbum que yo veo erróneas. Se le suele adjudicar eso de que "es demasiado largo", así sin pensarlo mucho y se le suele culpar de que por su dispersión estilística fue el que acabó con lo poco de autenticidad gótica que les quedaba a los Cure. En mi opinión es un disco doble en el que lo que sobra no justifica recorte alguno, cuando se puede disfrutar de un tirón casi sin esfuerzo. Ya quisieran otros. Y en cuanto a lo de venderse a la industria... Bueno, ni Robert Smith ha renegado nunca del éxito masivo ni se puede decir que la banda haya renunciado a hacer lo que le ha dado más o menos la gana durante toda su carrera.
Es cierto, y eso parece que duele un poco, que siguiendo el éxito de The Head on the Door (1985), este álbum fue el del reventón comercial de The Cure. La sobrexposición a la que nos sometieron con los videos de "Just Like Heaven" y "Why Can't I Be You" es algo que alguien que haya crecido en los 80 simplemente no podrá olvidar nunca. Para mí fue mi primer contacto con el grupo, al menos con conciencia por mi parte, y no puedo decir que me maravillaran. Esos peinados, ese maquillaje, esos movimientos espasmódicos... No sé, demasiado expresionista, demasiado surrealista para mí, pero con el tiempo he de decir que es uno de mis recuerdos musicales más antiguos y más nítidos, cosa que dice mucho respecto al impacto del asunto.
El disco, hoy lo veo claro, no es más que una ampliación y una profundización en los postulados pop que establecieran en el anterior. No solo es doble, sino que es más intenso en su huida de lo gótico. Sin olvidarse de ese rastro de melancolía que aplican aquí y allá como un maquillaje. Como en el anterior, abunda el exotismo, con toques morunos y orientales, pero también las canciones de tempo alto, bailables sin tapujos y exitazos del nivel de los dos temazos mencionados arriba o de cosas tan gigantescas como "Catch", "How Beautiful You Are", "If Only Tonight We Could Sleep", "One More Time" o "A Thousand Hours". También se regodean, como en ese "Push" del álbum precedente, en las introducciones instrumentales interminables y hasta afilan las guitarras en un anuncio de lo que iba a ocurrir en Wish (1992) ("The Kiss", "All I Want", "Shiver and Shake"...).
Un álbum, en definitiva, desbordante y torrencial. Un demasiado en todos los aspectos que le hace perder algún punto, pero un disco que demuestra lo mucho que siempre ha tenido que decir Robert Smith y que nos muestra al grupo en un estado de forma brutal. Luego está esas canciones que quitarías sin problema, claro que sí, pero yo siempre he dicho que si algo te gusta aunque solo sea un poco, mejor dejarlo como está.
★★★☆☆
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