Guadalupe Plata (Guadalupe Plata, 2017)
BLUES. Guadalupe Plata siguen inamovibles en su obcecación por no poner título a sus álbumes. Este es el cuarto ya, y aunque el vulgo lo ha bautizado por su portada y una de sus canciones como Perro de vieja, lo cierto es que, como todos sus predecesores, no tiene más título que el ingenioso y evocador nombre del grupo.
Y es que los jienenses siguen empecinados en que nos fijemos en la música y nos dejemos de elucubraciones baratas. Por mucho que hayan redoblado las partes cantadas intentando contarnos algo, una cosa impensable tiempo atrás, pero que dejan bien claro desde esa declaración de intenciones que es "Qué he sacado con quererte". Un homenaje a Violeta Parra que dice mucho de su filiación artística y humana y todo un acierto un poco en las antípodas de su estilo.
No, poner a toda una maestra de la palabra en castellano como mascarón de proa de un proyecto que siempre ha sido exuberante en expresión pero parquísimo en palabras no es lo que esperábamos del trío. Tampoco que Pedro de Dios endulzara su dicción y la aclarara hasta sonar tan melódico que parece otra persona. ¿Se acuerdan de lo que hizo Dylan en Nashville Skyline (1969)? Bueno, no es exactamente eso, pero por ahí van los tiros.
Con esta descripción puede parecer que digo que la banda ha endulzado su sonido... Y sí, algo hay de eso. Lo que no quita que me haya percatado también de que ahondan aún más en su afán por sonar más fantasmales que nunca. En cierta forma lo consiguen, y por mucho que yo prefiera lo otro, soy incapaz de afirmar que lo que ofrecen en este disco sea inferior a lo que venían haciendo. Al menos no claramente inferior.
★★★☆☆
Xxx
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