domingo, 6 de febrero de 2022

Carte de séjour

27 Passports (The Ex, 2018)
 

AFRONOISE. Van para cuarenta años desde su formación y solo el bueno de Terrie Hessels ha sobrevivido desde entonces. No son los mejores augurios, pero lo que están haciendo The Ex roza lo titánico. Ajenos al desaliento o a la oxidación, con los ojos y las orejas más abiertos que nunca, siguen cogiéndole el pulso a la historia y consiguen superarse disco tras disco. Este es el vigésimo cuarto, si contamos sus colaboraciones con Tom Cora, Gétatchèw Mèkurya o Brass Unbound, entre otros. Y cómo no las íbamos a contar.

Un disco que podría girar en torno a la idea de epitafio, si no fuera porque los neerlandeses no pueden ser más alérgicos a eso de la muerte en vida. 27 Passports no puede sonar más vigente, más vivo ni más asesino. Sin bajo per se, con ese trío enfebrecido de guitarras, alguna barítono hay, y las percusiones inimitables de Kat, han encontrado la forma perfecta de combinarse con la salmodia entre impotente y medio melódica de un Arnold de Boer que ha encontrado su sitio en el grupo de manera definitiva a base de giras y discos bastante más que memorables.

Casi sin darse cuenta, The Ex han ido forjando en estas cuatro décadas un estilo propio que hoy causa veneración absoluta. No solo Steve Albini los ha nombrado su banda favorita, ¡menudo cumplido viniendo de quien viene!, sino que su presencia en cualquier festival es motivo de celebración para esa parroquia independiente que nunca tiene suficiente ración de ruido sin domesticar. Esto ya no sabemos si es punk, si es krautrock o si es post-hardcore. Añádanle a todos esos sustantivos la palabra noise y envuélvanlos con la piel de África y podrán hacerse una idea de a qué sabe esto. O mejor, escúchenlo. Escúchenlo hasta reventar.

★★★★☆

1 Soon All Cities 6:28
2 The Heart Conductor 4:50
3 This Car Is My Guest 6:36
4 New Blank Document 7:17
5 Silent Waste 2:36
6 Piecemeal 6:56
7 Birth 4:24
8 Footfall 5:00
9 The Sitting Chins 5:27
10 Four Billion Tulip Bulbs 7:09
Total: 56:43

África sigue vibrando libre en esta música. Ya no va a importar jamás si The Ex graban en Amsterdam, Nueva York o Kinshasa. El veneno dulce del continente negro los ha invadido por completo. Será por eso que este disco, con todas sus palomas y con todas sus proclamas me habla de libertad, de lo que laceran las fronteras, llagas en los mapas y en el alma de un ser humano que sin duda ha nacido para volar y no para que lo enjaulen.

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