NOISE POP. Aquí está la más que esperada continuación a su estreno de 2019 y no se puede decir que los madrileños decepcionen. A no ser que esperes lo que no debes. Dentro de sus clarísimas limitaciones, se puede decir sin rubor que, a pesar de su más que influenciado estilo, Carolina Durante están dando forma a un sello distintivo que se aprovecha de la sequía extrema en el panorama si hablamos de rock caradura. Y eso es de ser muy listos, porque cuánto partido le sacan a esta sed.
En las últimas semanas hemos "disfrutado" de las nuevas entregas de gente consagrada como Nacho Vegas, León Benavente o Los Planetas. Algo que podía hacer mella en la acogida que pudiera tener este segundo disco de los autores de "Cayetano", pero que no le acaba afectando, porque como ya apuntamos arriba, ellos juegan en otra liga, no compiten por esos oropeles.
Y si los comparamos con lo único que es justo hacerlo, esto es, con ellos mismos, en esta continuación se aprecia una mejora de las buenas aptitudes mostradas en su debut sin título de 2019. Una estructura muy parecida, una aparente dejadez lírica e interpretativa que no es tal, regresiones amargas a la infancia, un tratamiento de los temas mundanos con la sorna habitual... En fin nada del otro mundo, por mucho que eso sea precisamente lo que puede alimentarnos más en un momento dado.
Lo mejor del disco ya lo podíamos apreciar en esfuerzos anteriores: una pericia melódica que les hace brillar en las lentas y los medios tiempos, tanto con la música como con unas letras que llegan a sorprendernos entre tanta tontería (véase "Minuto 93", "Yo soy el problema" o "Colores"). Y poco más, tampoco exageremos, pero sobre todo no caigamos en lo fácil y sentenciemos que este disco es una baratija sin valor. No lo es, joder, dejémonos de gilipolleces y gritémoslo sin pudor: ¡discazo monumental!
★★★★☆
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