Strange House (The Horrors, 2007)
TERROR DE PELUQUERÍA. No parecen The Horrors muy preocupados en que los tomen en serio. Eso es lo que se desprende de tanto cardado, tanto revivalismo y tanta sangre de pega. Que al final suenan mucho mejor de lo esperado y que disco a disco han ido fraguando una personalidad que se ha acabado haciendo respetar, puede ser. Que todo esto no tiene más recorrido que el que le puedan otorgar los fans muy metidos en este tipo de música, también.
Y es que la estética camp y excesiva que se gastan, sobre todo en sus comienzos, nunca ha jugado en su favor. Ha hecho que la prensa seria y los melómanos más exquisitos no hayan visto la necesidad de meterse en una música que sabe sonar densa y ruidosa como mil demonios, y muy oscura también, con ese punto justo entre Bauhaus y los teclados de The Stranglers, con unas pizcas de Monks y con un desboque garajero que siempre sienta de maravilla.
Todo eso, y algo más que me he dejado, son los Horrors, la penúltima esperanza en blanco y negro para un rock británico necesitado más que nunca de referentes. No esperen encontrarlos con los de Essex. Por mucho que lo intenten y por mucho que con el tiempo dejaran claro que no se toman tan en serio como parece aquí. En el fondo son unos cachondos y hasta parece que les van los Ramones ("Sheena Is a Parasite"). Buenas noticias que pueden hacer que mantengamos la fe. Si es que alguna vez la hemos tenido.
★★★☆☆
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