Nocturama (Nick Cave & the Bad Seeds, 2003)
TORCH SONGS. Parece claro que Nick Cave enfila la cincuentena con la cabeza alta, las ideas claras y el pulso calmado del que no tiene ya nada que demostrar. Sus discos hace tiempo que son un ejercicio de amor y entrega, sin atender a otras consideraciones. No es que Saint Huck haya dejado de tocarse, pero parece que ya no le gusta hacerlo a la vista de todos.
Nocturama es su duodécimo álbum con los Bad Seeds y, como ya dejaba claro en el anterior, es un disco donde mandan los medios tiempos y las baladas, sobre todo en una primera parte que, con canciones tan estupendas como "Wonderful Life" o "Bring It On", sabe a gloria.
Es a partir de ese punto cuando este trabajo se rompe un poco, merced a ese vendaval que no saben controlar nada bien en "Dead Man in My Bed". Es uno de los ejemplos de que el australiano y sus huestes siguen queriendo rockear como en sus mejores tiempos, cosa que no pueden hacer. Así queda refrendado, por si todavía había dudas, en un cierre extenso que es demasiado en todos los aspectos. "Babe I'm on Fire" es el epítome del disco en el sentido de que su brillo evidente y adhesivo acaba siendo demasiado poco como para ser alargado hasta casi un cuarto de hora que cuesta tragarse.
Nick sigue teniendo ideas, sigue teniendo el mojo, pero creo que habría hecho mejor en dejar reposar estas ideas y filtrarlas para entregar algo más irrebatible que esta colección, disfrutable en gran medida, pero a todas luces irregular.
★★★☆☆
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