África Brasil (Jorge Ben, 1976)
FUNKADELIA TROPICAL. Jorge Ben se reinventa agarrando la guitarra eléctrica y mirando directamente al norte para meter funk, soul y rock a su ya de por sí desprejuiciada tropicália. Y con ese giro que materializa en el que el populacho ha encumbrado como su obra maestra consigue un sonido fresco, nuevo y salvajemente adictivo.
No puedo decir que las tuviera todas conmigo a la hora de sumergirme en un álbum que, si no gira alrededor, sí que contiene bastantes elementos como para relacionarlo con lo futbolero. El tema impregna algunas canciones y sale en varias ocasiones en el álbum. Las suficientes como para que corramos el riesgo, a mí me ha pasado, de no tomárnoslo demasiado en serio, de pensar que estamos ante una fruslería de poco valor.
Tampoco ayuda lo viejuno de un sonido que podemos asociar al lounge setentero que ha hecho tanto daño desde algún tipo de películas muy de género. Unas tonadas armadas en torno a los vientos y al bajo que en España nos podrían dirigir de cabeza a las cintas más veraniegas de Paco Martínez Soria. Un error que se volatiliza pronto, pero que llega a susurrarnos maldades al oído mientras escuchamos.
Un error, ya lo he dicho. Nada que deba preocuparnos a la tercera escucha, porque en cuanto entramos de lleno en el disco, nos damos cuenta de la potencia de un sonido en el que el brasileño ha empastado a la perfección el black power más norteamericano con sus raíces afrobrasileñas. Un triunfazo en el que los estribillos se imponen al soniquete para levantarnos del asiento y convencernos para siempre. Sí, perdurabilidad lo llaman. No me extraña que este álbum esté tan bien considerado dentro de Brasil y sea una puerta de entrada tan prodigiosa para los de fuera.
★★★★☆
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