DRAMA. Muchos conocimos a the National con este disco (o con el anterior si me apuran), pero lo cierto es que estamos ante su sexto trabajo de estudio. Por eso no deberíamos sorprendernos tanto y tendríamos que sujetar los epítetos y matizar la maravilla de un álbum que cuenta con momentos estratosféricos, entre lo mejor que hayan grabado nunca, pero que acaba siendo más irregular de lo que parecía que iba a ser.
Si lo comparamos con toda su obra anterior, podríamos decir que aquí the National suenan menos densos, más luminosos, cambiando oscuridad por solemnidad. Centrándose en la belleza del rito por encima de la parafernalia, ofrecen algunas partituras de impresión, aunque también es cierto que lo que no entra en ese nivelazo se me antoja demasiado frío, demasiado neutro como para causarme mella alguna. Sencillamente, no se puede comparar el efecto devastador de piezas como "I Should Live in Salt", "Don't Swallow the Cap", "Fireproof", "I Need My Girl" o la portentosa "Pink Rabbits" con todo lo demás.
Es esa grieta insalvable la que acaba desequilibrando un disco que no deja de ser potente en lo emocional y rico en todas sus facetas. Un disco que no llega a aburrir en demasía y al que podemos regresar con asiduidad. No estamos ante la mejor obra de los de Cincinnati, eso me parece obvio, pero sí ante una más que potable. Notable incluso, diría yo. No, no es tan mala idea empezar por aquí a la hora de iniciarse con esta banda.
★★★☆☆
No hay comentarios:
Publicar un comentario