jueves, 5 de septiembre de 2024

¡Que sangre!

Let It Bleed (The Rolling Stones, 1969)


ROCK & ROLL. Sobrados, en la cresta de la ola, se permiten otra vez el lujo de dejar un temazo fuera. Como ya hicieran con "Jumpin' Jack Flash" en el anterior, aquí se "olvidan" de "Honky Tonk Women". Aun así no hay problema para que el disco sea otra obra maestra incontestable. Buena culpa de ello la tiene la columna vertebral indestructible formada por "Gimmie Shelter", "Midnight Rambler" y "You Can't Always Get What You Want".

Un disco en el que todavía coleaba el fantasma de Brian Jones en la forma de un par de colaboraciones al autoarpa y las percusiones. Un álbum en el que vuelven a mostrar que nadie podía toserles cuando se trataba de tocar rock & roll con raíces country y blues. El segundo consecutivo de un póker de ases imbatible. Este, sin ser el más redondo, puede ser el que más apabulla de los cuatro. No hay más que atender a temas no mencionados arriba como "Love In Vain", "Let It Bleed" o "You Got the Silver". Da igual, incluso las que me dejo son prodigiosas.

Cada uno de los cuatro grandes discos de los Stones tiene algo que lo hace único. Este suena a campo, al verdor de la hierba recién cortada. Mick Taylor colaboró en un par de temas y demostró lo colosal que iba a ser, pero es Richards el que se basta y se sobra, dejando claro que su nombre no está entre los grandes por casualidad. Let It Bleed es uno de los monumentos más grandes que se hayan erigido en honor al rock & roll de raíz. Es inmenso, casi inabarcable. Y su cierre, con el nudo en la garganta de "You Can't Always Get What You Want", es la guinda especial y única. Algo que no te esperas para culminar un disco indescriptible.


A1 Gimmie Shelter 4:30
A2 Love in Vain 4:18
A3 Country Honk 3:00
A4 Live With Me 3:35
A5 Let It Bleed 5:27
B1 Midnight Rambler 6:52
B2 You Got the Silver 2:51
B3 Monkey Man 4:12
B4 You Can't Always Get What You Want 7:28

Total: 42:13

En ese juego que siempre se han traído con los Beatles, parece que no se resistieron a bautizar el disco en "honor" a ese Let It Be (1970) que los de Liverpool no habían publicado pero ya tenían grabado para cuando salió Let It Bleed. No hay datos que refrenden esta idea, pero la coincidencia es demasiado fuerte como para achacársela a la más pura casualidad. Al fin y al cabo, las dos bandas se conocían y se trataban, coincidían en muchos lugares de ocio nocturno y fiestas privadas. Es más que plausible que escucharan la canción de los Beatles antes de que el disco fuera lanzado o que hubieran hablado de ello, ya fuera con los mismos Fab Four o con alguno de sus productores, mánagers y demás cohorte de moscones.

En cualquier caso, sin estar claro la procedencia del título, la leyenda dice que Andrew Loog Oldham, mánager de los Stones en sus primeros tiempos, les propuso que debían ser lo opuesto de los Beatles. Él lo niega, pero tiene sentido que así fuera. Lo cierto es que Keith Richards y los suyos siempre han jugado con eso. Ahí está la portada y la música de Their Satanic Majesties Request (1967), persiguiendo la estela de Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club Band (The Beatles, 1967). O el cambio de portada obligados por la censura para Beggars Banquet (1968) pasando a fusilar la blancura de The Beatles (1968).

Este título, me parece a mí que no es más que una piedra más en un camino lleno de bromas, juegos y provocaciones que, lejos de conducir a enfrentamientos ni nada de eso, demostraba que el pique entre las dos bandas, si existía, era de lo más sanote. No era raro que miembros de los dos grupos asistieran a sesiones de grabación o ensayos de los otros o que aparecieran juntos en fiestas, como digo arriba. Por tanto, por mucho que sigan las conjeturas, yo me hago mi versión de la historia. Una historia en la que, como siempre, los Stones son los más jetas y los más cachondos de la película.

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