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Live at Couleur Café (Konono Nº 1, 2007) [DIRECTO]
CONGOTRÓNICA. Aquí tenemos la descarga de Konono Nº 1 en el festival Couleur Café de Bruselas en 2002. Ahí estaban en plena grabación de su primer álbum, el cual no saldría a la luz hasta 2004, y ya se puede apreciar la forma definitiva de algunas de las piezas del disco, además de otras improvisadas o creadas para la ocasión. O quizás se trate de temas clásicos de un repertorio que, aun de manera intermitente, han ido probando desde la formación del grupo allá por mitad de los años 60 del siglo pasado.
Una obra, esta, más que necesaria para tratar de entender el influjo y la intensidad de una orquesta que parece venida de otro mundo y que en sus celebraciones en vivo no tiene otro objetivo que el de aniquilar tu resistencia y llevarte a otra dimensión. Eso se deduce de sus descargas, que en Kinshasa, en su entorno y entre su gente, pueden llegar a durar toda la noche y de las que aquí solo nos dejan sentir una pequeña muestra. Un detallito que ya deja bien claro el poder hipnótico de una música en la que te acabas metiendo a base de mantra y repetición hasta anegar todos tus sentidos.
Ese es el ingrediente secreto de una música creada desde la carencia. Ahí es donde se explica este sonido hecho de metal y euforia sanguínea, fabricado a partir de baterías de coche y altavoces cascados. Un sonido que tratamos de explicar inútilmente basándonos en nuestras limitadas concepciones occidentales. Así, lo emparejamos con el house y hasta con el tribalismo industrial de Einstürzende Neubauten. Y nos sirve la conexión, pero en el fondo sabemos que esa explicación es demasiado artificial para una música que nos supera en todos los sentidos.
Decíamos arriba que este disco es necesario. Por mucho que parezca sonar como su obra en el estudio, lo que no deja de ser un signo de la autenticidad extrema que caracteriza a los congoleños, aquí llevan todo un paso más allá. Ese puntito más caliente, más intenso, más duro, más todo. Lo que sea para que no volvamos a ser los mismos después de someternos a tamaña demostración de amor por el sonido en su estado más crudo.
★★★★☆
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