
POST-PUNK. Resulta difícil para alguien ajeno al idioma ruso y al influjo de un artista como Viktor Tsoi sobre todo un pueblo reseñar y digerir esta obra como merece. Otra cosa es escucharla e incluso disfrutarla. A pesar de la distancia, en todos los sentidos, no es difícil apreciar el calor que late en el corazón pulsante de estas composiciones.
Unas composiciones que, sin dejar de ser rock de corte afterpunk, contienen en su esencia el sonido de ese oriente que siempre ha imbuido la esencia rusa por encima de su pertenencia geográfica a la vieja Europa. Será por el halo de misterio con el que Tsoi baña a sus canciones, pero por mucho que resuenen aquí los ecos de Echo & the Bunnymen, The Cult o The Sisters of Mercy, no podemos usar lo gótico como materia prima exclusiva para explicarlas.
No, esto no es rock gótico. Que por momentos suena a eso, no lo discuto, pero ni sus letras ni su esencia ni sus ganas de ampliar su radio de acción entre un público más transversal nos permiten circunscribirlo a esas coordenadas. Sobre todo por las letras, combativas, altivas, poéticas y enraizadas en la tierra y la nieve que conforman la esencia de un pueblo vapuleado y necesitado de voces como la del cantante de ascendencia entre coreana y kazaja. Muy lejos por tanto de las simas del alma en las que nos sumen los grupos mencionados.
Eso es lo increíble y lo inabordable de Kino. El ser una banda que trabaja con materiales tenebrosos para encontrar esos débiles haces de luz que hagan de nuestra existencia algo más llevadero. Por eso será que este grupo es tan grande más allá de los Urales y tan desconocido en nuestra parte del mundo. Algo más que injusto por la calidad de estas canciones, pero más que lógico también ante una banda que nunca pretendió traspasar las fronteras de su esencia más íntima.
★★★☆☆
Total: 47:24
El sonido mate, empañado, como a demo, que tiene el disco potencia mucho su aura de obra de culto (fuera de Rusia, porque dentro su éxito fue, es y será masivo). Poco después regrabarían algunos de estos temas con una producción mucho más brillante y explosiva, pero no creo que los mejoraran respecto a estas versiones originales.Una estética que surge seguro que de la escasez de medios más que de una decisión consciente y que conecta directamente con la sobriedad de una cubierta que apela al arte vanguardista ruso de posguerra con artistas como El Lissitzky (1890-1941). Concretamente, el grupo se inspiró directamente en el póster ruso para la película Dr. Mabuse: el jugador (Fritz Lang, 1922), diseñado siguiendo la misma estética, el cual podemos apreciar a la derecha.
Fuente: https://media-cache.cinematerial.com/p/500x/wjdud5ys/dr-mabuse-der-spieler-ein-bild-der-zeit-russian-movie-poster.jpg?v=1456833753
No hay comentarios:
Publicar un comentario