
Volume 3 (Fabrizio de André, 1968)
CANCIÓN DE AUTOR. No ha habido nadie como Fabrizio de André. Está claro. Si su forma de salir de un bache de inspiración es sacar este disco, creo que está todo dicho acerca de su valía. Y no me sirve que se me diga que de las diez piezas aquí solo cuatro eran desconocidas para sus seguidores. No solo porque con su maravillosa interpretación, el transalpino acaba haciendo magia con todo lo que pasa por su garganta y sus dedos, sino porque encima la selección de las versiones, adaptaciones y colaboraciones no puede ser más perfecta.
A saber, después de vaciarse emocionalmente con Tutti morimmo a stento (1968), de André no debía tener mucho más que ofrecer. Su pozo seguro que estaría preocupantemente seco. A eso se le añade el hecho de que no hubiera quedado muy bien con su discográfica anterior, la cual había sacado un recopilatorio con sus primeros singles casi a sus espaldas. Seis de las canciones que encontramos aquí, sus éxitos primerizos, ya aparecían en dicho disco, un primer lanzamiento que para él ni siquiera existió. De ahí que titulara como Vol. 1º (1967) a su estreno con su nueva disquera, para él su auténtico debut en largo.
Además, por los problemas mencionados o por no quedar contento con las grabaciones primigenias, quién sabe, aquí las regraba para la ocasión, añadiéndoles arreglos y ornamentos varios en la que, según nos quiere decir, es su versión definitiva para la posteridad. A todo esto le añade un par de adaptaciones de su adorado Georges Brassens ("Il Gorilla" y "Nell'acqua della chiara fontana"), una canción compuesta junto a Gian Piero Reverberi, su arreglista y director musical, a partir de un poema de Cecco Angiolieri ("S'i' fosse foco"), y una versión actualizada de una canción tradicional francesa del siglo XVII (" Il re fa rullare i tamburi").
El resultado, a pesar de las expectativas, no pudo ser más óptimo. Un álbum que fluye a la perfección, que pone en valor los inicios de un artista ya mayúsculo desde el primer momento, que suena, cómo no, tan mediterráneo como afrancesado, tan inteligente como emotivo y tan jocoso como grave. Un nuevo triunfo que le sirvió para tomar aire antes de poder embarcarse en su siguiente obra conceptual. Un trabajo de elaboración y composición complejo que no podía abordar en este momento, pero que no impidió que resolviera esta incapacidad de manera magistral.
★★★★☆
No hay comentarios:
Publicar un comentario