'Get Yer Ya-Ya's Out!': The Rolling Stones in Concert (The Rolling Stones, 1970) [DIRECTO]
ROCK & ROLL. El directo por antonomasia del grupo y, a pesar de haber otro anterior, el primero para Jagger. No es de extrañar. Potencia y pasión en la cúspide de sus poderes. Sin el tristemente desaparecido Brian Jones, cuyas magras últimas colaboraciones podemos encontrarlas en Let It Bleed (1969), era la prueba de fuego definitiva para el finísimo Mick Taylor, el cual ya había dado muestras sobradas de su valía, y aquí las confirma y amplía hasta empezar a hacerse un miembro absolutamente imprescindible del grupo.
Comienzan con una volcánica, y algo monolítica en el riff, "Jumpin' Jack Flash", para seguir con una "Carol", que empieza algo tibia para ir asentándose en base a una solvencia instrumental exquisita. En "Stray Cat Blues" continúa la supuesta desidia, aunque conforme la canción avanza, nos damos cuenta de que, en realidad, toda esa pereza no es sino un disfraz para una tensión pulsante que va llevando el tema hasta una ebullición que no llega a culminar. Un intento de prolongar el éxtasis sin consumarlo que se convierte en el pórtico perfecto para la melancolía terminal del "Love in Vain" de Robert Johnson. Creo que aquí es donde entramos de lleno en el ambiente de un directo que, por si fuera poco, es de los pocos documentos en vivo sin adulterar de su época. Bueno, es cierto que se doblaron las voces en muchos temas, pero, teniendo en cuenta las barbaridades que se le hacían a este tipo de registros en los 70, eso se puede considerar una minucia.
La música del disco se sacó de varios conciertos de noviembre del 69 en Nueva York y Baltimore. Lo curioso es que a pesar de que Let It Bleed (1969) no había salido al mercado en esa fecha, ya tocaban en directo varias de esas canciones. De hecho, podemos contar hasta cuatro temas de las sesiones del álbum en este directo, los cuales presentaron al público sin que este los conociera aún. No se puede decir que se perciba menos entusiasmo por parte de la audiencia, ni mucho menos de unos Stones, que dominaban ese material y mostraban una convicción al descargarlo que solo puede venir de la confianza y el amor más absolutos hacia esas canciones.
Unas canciones que, unidas a sus entonces ya clásicos más incontestables, conforman uno de los directos más reverenciados de la historia. Será por las toneladas de verdad que contiene, por no avergonzarse de sus errores de bulto, por llevarnos al éxtasis con esa ascendente "Midnight Rambler", por poner el caldero a borbotear como nunca en su mejor versión de "Sympathy for the Devil", por acabar con la gloria que supone enganchar dos temazos como "Honky Tonk Women" y "Street Fighting Man"... Lo cierto es que el ambiente festivo y la flama de este registro son increíblemente contagiosos. Hasta el punto de poder ponerte la piel de gallina. Así no hay manera de fiscalizar nada.
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