Felt Mountain (Godlfrapp, 2000)
ELECTRÓNICA PAISAJÍSTICA. Entre Portishead y Massive Attack, entre David Lynch y Alfred Hitchcock, este dúo nos endosa su electrónica de celuloide inmersos en volutas de humo y vapores de helio en busca de una epifanía que por muy grande que les quede consiguen evocar con cierto éxito y probada frescura. Las malas lenguas suelen compararlos desfavorablemente con gente como la banda de Beth Gibbons ya mencionada, y sí, algo de eso hay, aunque no quisiera restar valor al profundo impacto que Alison Goldfrapp y Will Gregory consiguen endosar al oyente desprevenido.
No es de extrañar que fueran preseleccionados para el prestigioso Mercury Prize, que premia al mejor disco británico o irlandés del año. Se lo acabaron dando a PJ Harvey, pero podía habérselo llevado este dúo perfectamente. Su electrónica en cinemascope, tintada de tonos lúgubres y de un sentimiento tan irreal como conmovedor se me antoja perfecta para este tipo de galardones. Y con ello también quiero decir que veo mucho de efectista en un disco que no hay quien se crea.
Que eso importe más o menos es cuestión de cada uno. Lo que es innegable es la efectividad de las composiciones y la potencia de unos arreglos que parecen buscar en todo momento el tuétano de nuestra alma para acariciarlo o retorcerlo sin pudor alguno. Silbidos multiplicados hasta el infinito, theremines y lo que sea para acolchar las atmósferas y hacernos flotar hacia un mundo irreal tan apetecible como pasteloso. Me gustan, sí. Hasta cierto punto.
★★★☆☆
Xxx
DISCOS RELACIONADOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario