Beauty and the Beat (Go-Go's, 1981)
NEW WAVE. Las Go-Go's suenan autoritarias y feroces. Totalmente seguras de sí mismas en este primer asalto en el que no se guardan nada y salen al ataque para reventar el panorama. Y el panorama era lo que era. Una jungla inmisericorde en la que regía la ley del más fuerte. Algo que a Belinda Carlisle y las suyas siempre les importó un bledo. Sin saber coger un instrumento se juntaron pocos años antes tras la resaca de una actuación de, sí otra vez, los Sex Pistols. Y en un pis pas ya se habían convertido en las más listas de la clase.
El éxito arrollador del grupo abrió puertas a tantas otras chicas con ganas de farra que nada más que por eso ya merecerían una entrada en la enciclopedia del rock. Fueron las primeras en muchas cosas, principalmente en arrasar en las listas cantando, escribiendo y tocando sus canciones. Hoy parece algo superado (gracias a ellas), pero créanme, a finales de los 70 no era algo común. Sí, ya estaban por ahí Blondie, The B-52's, Chrissie Hynde y sus Pretenders o Patti Smith, la madre de todo. Pero las Go-Go's eran otra cosa, una banda formada por chicas al completo. Algo diferente a la cara bonita o al detalle exótico. Un ejército adiestrado para matar.
Curiosamente, lejos de ocultar ese hecho, aventan su feminidad desde la misma carátula. Ironía o no, lo que nos adelantan con ella tiene poco que ver con la fiereza pop que colea en unas composiciones sólidas como la roca viva, pulsantes como la sangre desbordándose en sus venas, un auténtco festín en el que dan rienda suelta a los guitarrazos más hermosos que se puedan imaginar para que Carlisle desate su alarido dulzón, esa voz tan expresiva y tan endemoniadamente melódica. Una voz que no destaca por su originalidad ni nada de eso, pero que es justo lo que estas canciones necesitan.
"My Lips Are Sealed", "How Much More", "Tonite", "Automatic"... Demasiados jitazos, demasiada pasión, demasiado gusto... No, las Go-Go's no estaban hechas para sus tiempos. Fueron recibidas con un júbilo que todavía hoy resuena a lo lejos, pero ellas siempre han sabido que lo suyo va más allá. Su música, su planteamiento, su arte, todo en ellas es atemporal y casi diría que busca imparable la eternidad.
★★★★☆
La portada parece que fue idea de Carlisle y en sus tonos neutros y casi pastel, esas máscaras faciales, esas toallas y ese pintauñas compartido, no se puede decir ni que se corresponda con la euforia eléctrica que encontramos dentro ni que haga mucho en favor del feminismo en el que siempre se ha encuadrado el grupo.
O sí, en esto último no lo tengo claro. Porque pueden que jueguen a la ironía o a mostrar el lado menos glamuroso de lo que conlleva ser mujer. Al fin y al cabo, en esta portada tan intrigante y tan poderosa nos están enseñando las tripas del proceso que toda mujer que se precie de serlo lleva a cabo antes de mostrarse al mundo. Dicho esto con todo el cariño y toda la retranca del mundo, por supuesto.
Y encima, al acabar la sesión de fotos devolvieron las toallas con las que aparecen envueltas a los almacenes Macy's donde las habían adquirido horas antes. Unas grandes, no me cabe duda.
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