POST-PUNK. Aquí tenemos los dos primeros EPs de las leyendas de Manchester. Dos rodajas crudas y supurantes que no nos ayudan una mierda a rastrear el futuro del post-punk, pero que dejan constancia de la irreverencia, la sabiduría y la mala leche de Mark E. Smith y los suyos.
Bromas aparte, sí que son buenos ejemplos de punk evolucionado. De hecho, estos discos son mucho más serios de lo que pueda parecer. Lejos de ser un entretenimiento sin fondo, nos muestran a una banda desesperada por dejar la marca de sus dentelladas en el hueso de la audiencia (el primero) y por dar salida a exabruptos sanguinolentos que no podían esperar a que reunieran las canciones suficientes para todo un LP (el segundo).
Por supuesto, en el primero se muestran mucho más punk tal y como todos entendemos el calificativo. Más directos y sin los aspavientos que empiezan a rondar por el cerebro de Smith en un segundo EP en el que se ven detallitos de experimentación y esos soniditos tan raros y tan adictivos que iban a convertirse en el pan nuestro de cada día en la mesa de The Fall.
Que nos creamos que Slates es uno de los discos favoritos del bueno de Mark ya es otra cosa. Que puede ser perfectamente. Rarito siempre ha sido el amiguete, pero no sé, no sé... De todas formas, si tienes un mínimo de curiosidad por The Fall, tienes que escucharte a estos dos.
★★★☆☆
Total: 10:02
El primero pasa por ser su estreno discográfico y se prepara el terreno para ese glorioso estreno en largo que titularon Live at the Witch Trials (1979). Slates, por su parte, le pone la alfombra roja al gélido y absoluto Hex Enduction Hour (1982).
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