Blast Off! (The Fleshtones, 1982)
GARAGE ROCK. Un reventón, eso es este disco. Una obra clave para entender y apreciar a los garajeros neoyorquinos, ya que se trata del rescate de unas sesiones que grabaron en sus mismos orígenes, allá por 1978. Por eso se hace imprescindible. Porque a pesar de ser su segunda entrega en largo, contiene el germen primigenio de lo que iban a ser los Fleshtones.
¿Y todo esto en qué se traduce? Pues salta a la oreja: rock and roll al galope con mucho soul. Rhythm and blues garajero que lo mismo bebe de The Animals que de The Sonics. Un baile de disfraces que asegura la diversión en un directo que desde esos primeros días ya era de los más entusiastas e inolvidables de la escena. Los Ramones tenían la actitud, los Cramps tenían el atrezzo, pero los Fleshtones tenían la jeta y el jolgorio corriendo por sus venas.
Y eso es Blast Off!. Como buena recuperación de los albores del grupo, es un batiburrillo con poco orden y menos concierto, un puñado de canciones soltadas con la insolencia y la falta de prejuicios que siempre va de la mano de la juventud. Y es que los Fleshtones, más que pedir perdón por su revivalismo, tendrían que estar en un museo como máximos culpables de la resurrección de un estilo que con ellos no parece tener fecha de caducidad. Y eso desde que agarraron las guitarras.
★★★☆☆
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