Draconian Times (Paradise Lost, 1995)
GOTHIC METAL. Por primera vez desde que empezaron a grabar discos hace ya un lustro, Paradise Lost tardan dos años en sacar nuevo álbum. Fieles a su cita anual, esto parece un ínterin demasiado largo para los fans. Pero es que lo que ha pasado entre su exitoso Icon (1993) y este Draconian Times parece bastante más que simplemente un par de vueltas al sol.
El quinto disco no debería suponer una sorpresa. No demasiado, al menos. No es más que una profundización en la accesibilidad que han ido buscando poco a poco, pero de manera clarísima, desde que sacaron ese durísimo y casi impenetrable Lost Paradise (1990). Esta grabación que nos ocupa es lo más rock que hayan hecho nunca, así sin etiquetas detallistas. Guitarras inflamadas, estribillos y un Nick Holmes que por primera vez se pone a cantar sin ocultarse en recitados ni en una guturalidad que jugó su papel en el desarrollo musical de la banda, pero que claramente no daba para más. Definitivamente, esto rubrica el adiós al doom y la zambullida sin complejos en un metal gótico algo engolado y un pelín demasiado intenso. Más de lo normal, quiero decir.
Greg Mackintosh y Aaron Aedy siguen siendo el arma (no tan) secreta capaz de propulsar toda esta maquinaria y hacer que funcione. Aunque las melodías puedan no dar en el clavo en todo momento, aunque el pálpito romántico pueda parecer demasiado, al final la electricidad lacerante, lacrimosa o explosiva del dúo consigue bajarlo todo a la tierra para hacer que todo eso nos dé un poco más igual y podamos disfrutar de unos cuantos momentos épicos sin demasiado sentimiento de culpa.
Por todo esto considero que Draconian Times es un disco necesario en el canon de los de Halifax. Una obra pensada para clavarse en el alma de cualquier adolescente atormentado. Con poco recorrido más allá, seamos claros. Pero lo cierto es que si no te la tomas demasiado en serio y eres capaz de relativizar toda esa estética del dolor (impresionante artwork, por cierto), podrás ponerte este disco de vez en cuando e incluso esbozar una sonrisa de complicidad. Esto es lo que tienen estas cosas: crecer es perder, dejar cosas en el camino, pero eso no significa que con quince años no tuviéramos nuestro pedacito de razón.
★★★☆☆
Mención aparte merece el libreto del álbum, una auténtica delicia que nos recuerda que en este apartado del metal extremo hay una querencia especial por el siglo XIX. El romanticismo, lo gótico, la evocación de una forma de vida que seguro que no fue tan idílica, pero que el arte ha dotado de un aura tan especial que se hace muy difícil escapar a su eterno influjo.
No sé a qué artista me recuerda el envoltorio de este Draconian Times. Todos esos cráneos de animales imaginarios, esas conchas y ese aire decadente y casi mortuorio me recuerdan a muchas cosas diferentes. A veces a William Turner, un pintor que siempre asociaré a esta banda, pero también a Beksinski o a Friedrich con toda esa desolación del ser humano solo ante la furia de los elementos.
DISCOS RELACIONADOS
No hay comentarios:
Publicar un comentario