Black Acetate (John Cale, 2005)
ART ROCK. John Cale se aproxima inexorable hacia su jubilación con la inquietud artística intacta. Como si quisiera hacer balance, pero sin rendirse a la nostalgia, vuelve a retar al oyente con una colección de postales que combinan lo mejor que ha hecho nunca, desde la evanescencia de Music for a New Society (1982) a la rudeza eléctrica de Fear (1974), sin olvidar el aire pastoral de Paris 1919 (1973). Una mirada hacia el pasado con la que no deja de sonar retador e insolente ni por un instante. Con el radar siempre encendido y el hambre creativa al máximo. Al mismo nivel de Tom Waits, Robert Wyatt o Scott Walker, luminarias que siguen dando lo mejor de sí mismos en la recta final de su vida.
Así de poderoso y rotundo suena Cale a los 63 años, una edad en la que la mayoría no está para grandes alardes de ningún tipo, pero a la que él ha sido capaz de regalarnos uno de los mejores álbumes de toda su carrera. No sé si el mejor en veinte años, tampoco conozco su catálogo con tanta profundidad, pero sí que lo veo al nivel de sus mejores momentos, cosa que no deja de ser un notición viniendo de uno de esos artistas que ha puesto el mundo del revés con sus propuestas.
Ya lo hizo con Lou Reed en esa banda inolvidable que fue The Velvet Underground, pero después de casi cuarenta años en la brecha podemos decir sin vergüenza que su obra en solitario también ha marcado un antes y un después en su conjunción única e imposible entre la música culta y la popular. Algo que Cale siempre entendió mejor que nadie. Por eso nunca ha ido de elitista, y por eso, y a pesar de sus muy selectos intereses, siempre ha tenido al oyente en el centro de todo lo que ha hecho.
En este disco podemos apreciar todo esto con claridad meridiana. Todo un innovador bajándose al nivel de lo que se cuece en la calle para nutrirse y expresarse. Con toda la libertad y con toda la responsabilidad. Sin miedo y sin deudas. Muy grande.
★★★★☆
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