Giant Steps (John Coltrane, 1960)
HARD BOP. John Coltrane empezó a grabar este álbum, el primero para Atlantic como solista y el primero compuesto exclusivamente por temas propios, apenas un par de semanas después de acabar las sesiones para un tal Kind of Blue (Miles Davis, 1959), y parece que se llevó bastante más que la sección rítmica, ese Miles Davis Quintet, con la que grabó "Naima". Además de eso, debió llevarse impregnado en el alma la magia de unas sesiones que supo verter de manera impecable en su quinto álbum, un prodigio que se ha erigido como el molde perfecto para cualquier aprendiz del saxo en el jazz.
Así de gigantescos son estos pasos en los que, siguiendo los ídem de su admirado Charlie Parker, no caben más notas en cada acorde ni más pasión flamígera en cada soplido. Decir que cada uno de estos siete temas es objeto de estudio concienzudo para músicos y melómanos no es decir suficiente. Es tanto lo que bulle en estos surcos, tanta la emoción y tan implacable el latigazo eléctrico que nos provoca en la espina dorsal el saxo del genio de Hamlet, que las palabras se aturullan y no pueden hacerle justicia.
No digo que no valga la pena el intento ni que no sea necesario hacerlo. Sin duda este es uno de esos álbumes que lo merecen. Así, a lo largo de los años lo que suena aquí se ha descrito como construido a partir de sheets of sound, algo así como lienzos de sonido, y el soplido de Trane se ha descrito como "exuberante, furioso, apasionado o atronador". Como pueden ver, da igual desde dónde se afronte el reto de la exégesis, en todo caso se va a tender a la hipérbole y al tremendismo cuando hablamos de la obra de Coltrane, máxime si nos enfrentamos a un disco que está ampliamente considerado como el epítome de su sonido. Sí, señores y señoras, por encima de A Love Supreme (1964), si hay un disco que representa a Coltrane en toda su amplitud y barbaridad, ese es Giant Steps.
Y debe ser por eso que tantas décadas después no se le ve el fin a esta obra inagotable. Elegido en 2004 entre cincuenta grabaciones para entrar en el Registro Nacional de Grabaciones de la Biblioteca del Congreso de los EE.UU., no parece que la sombra de Giant Steps vaya a empequeñecerse ni mucho menos a desaparecer. Por el contrario, esta obra maestra seguirá marcando el camino y proyectando esa alargada nube umbría sobre cualquier músico que pretenda trascender en el jazz. Con estilo y autoridad, por los siglos de los siglos.
★★★★★
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