Yellow Moon (The Neville Brothers, 1989)
NUEVA ORLEANS. Yellow Moon, el brillo dorado que vela tus sueños. Un disco embriagador que despliega sus alas de terciopelo para cubrirlo todo con su manto protector. Los poderes sobrenaturales de los hermanos Neville se ponen a prueba en las instrumentaciones de este álbum. Tan sublimes que es una putada que no destaquen por encima de esas voces tan increíbles que parecen de otro mundo. Así es la vida. Injusta, dura y, algunas veces, tan mágica como este álbum.
Versiones de nada menos que Bob Dylan, Link Wray o Sam Cooke impresionan en esta obra que se completa con unos temas propios que, cosa difícil, no le andan a la zaga. Un disco que es todo un amuleto sanador con todo el mojo y el vudú de Nueva Orleans. Un gumbo preparado a conciencia y con un toque dulzón que engaña de primeras. Puede que el disco no contenga ningún elemento rural. Y eso se puede confundir con falta de autenticidad. En su cosmopolitismo urbanita y cuidada producción parece que la música negra queda demasiado pulida. Al menos hasta que sucumbimos ante su belleza de ónice y nos damos cuenta de que su lustre se ha sacado a base de trabajo y talento.
Emoción pura derramándose por espirituales exquisitos. Los Neville Brothers cantan aquí a la tradición, se la sacan de dentro, de las entrañas, pura y vibrante como un trozo mismo de sus almas. Un disco que embelesa y marca a fuego. Después de él, ni ellos ni nosotros volveremos a ser iguales.
★★★★☆
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