RAP. Para mí siempre va a ser difícil detectar la calidad de cualquier disco de rap más allá de lo que me enganchen unas bases más o menos pintonas o más allá de lo fluido o asesino que sea el flow del MC en cuestión. Es cierto que las letras son la clave casi siempre, y también es cierto que aquí alcanzan un nivel muy alto en cuanto a su calidad narrativa. Tampoco puedo negar que muchas cosas se me escapan, que se hace difícil seguir el discurso de cualquier negrata en plena ceremonia de posesión y que tanto hablar de maría, sexo a tumba abierta (grabando coitos y felaciones de manera explícita y dicen que totalmente real) y lo bueno que soy porque yo lo valgo me puede resultar superficial y cansino.
Por todo esto he de decir que no lo he tenido fácil con la más que consensuada obra maestra de Notorious B.I.G. Sin embargo, tal y como me pasó con discos hermanos como The Chronic (Dr. Dre, 1992), la calidad que exuda este disco es tan palpable, tan notoria, que se detecta al primer olfateo. Por sus bases gigantescas, su fluir rotundo como de elefantes marchando a ritmo por la sabana y la enormidad de todos sus planteamientos, ideas y palabras. El camino tortuoso de un hombre hecho a sí mismo con ese paso traumático de los harapos a la riqueza, sus poderes sobrehumanos como máquina sexual incansable o las ideas suicidas llevadas a la realidad en el último corte conforman la historia y los tics sobre los que se vertebra este discazo.
Que el protagonista de toda esta historia falleciera tiroteado apenas tres años después, aunque haga que el disco sea dolorosamente premonitorio, no deja de ser consecuencia del modo de vida de unos artistas que nunca supieron separarse de sus nada edificantes costumbres. No debe ser casualidad que los mejores de ellos vinieran de un ambiente de delincuencia y violencia constante. Será porque nadie como ellos sabe de lo que hablan. El mismo Biggie tuvo su etapa de traficante. Por todo esto, más que ver esto como el anuncio del fatal desenlace, creo que tenemos que entenderlo como el producto de su día a día. Biggie podría estar con nosotros hoy si sus circunstancias hubieran sido otras. No creo que él mismo visualizara lo que le acabó ocurriendo por mucho que la muerte sobrevuele muchas de estas canciones. De todas formas no deja de ser triste. Tenía solo 24 años.
★★★★☆
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