ROCK & ROLL. El duodécimo disco de la banda iba a ser el primero sin Jimmy Miller, productor de referencia desde Beggars Banquet (1968), y el último con Mick Taylor en el grupo. Lo más curioso de todo es que el que iba a ser su sustituto, Ronnie Wood, ya tuvo una intervención crucial en este álbum al participar en la gestación nada menos que del tema titular, uno de los himnos más definitorios y reconocibles de los Stones.
Dicho tema surgió de una jam session improvisada entre Mick Jagger, un par de miembros de los Faces (Ronnie Wood a la cabeza) y David Bowie entre otros. En ese divertimento surgió la base de lo que sería "It's Only Rock 'n Roll (But I Like It)". A Mick le encantó el riff, así que se lo quedó para su grupo. Tanto le gustó lo que grabaron en ese rato que la base quedó tal cual para el disco y Keith Richards se limitó a añadir algunos licks de guitarra para redondear el tema. Por ello, y ahí está lo jugoso de la cuestión, Mick y Keith fueron los únicos de los Rolling que intervinieron en la que puede ser la canción más stoniana de su catálogo. Wood estaba ahí a la acústica de doce cuerdas, mientras que Bowie puede oírse en los coros.
Todo eso no indicaba nada bueno respecto a un Mick Taylor que ya estaba hartándose de que no se le reconocieran sus contribuciones. Si ya se quejaba de que su nombre no había aparecido en la autoría de ningún tema del álbum anterior a pesar de sus aportaciones, en este pasaría lo mismo con canciones a las que afirmaba haber dado forma como "Till the Next Goodbye" o "Time Waits for No One", ambas, como todas las demás, firmadas por Jagger & Richards. Si a esto le unimos que sus amigos decidieron no hacer gira de presentación del álbum, sino meterse a grabar el siguiente, Black and Blue (1976), la cosa fue demasiado para un Taylor que decidió bajarse en marcha y dejar el grupo.
Dejar al grupo, no lo olvidemos, después de grabar el que puede ser su último trabajo potable antes de la debacle. Una caída que todavía no iba a ser en picado, sino progresiva y con algún repecho que les permitiera remontar, pero que era absolutamente inevitable. Ya no estaba Jimmy Miller a los mandos, se les iba Mick Taylor... No sé, a lo mejor esos dos eran más importantes de lo que todos creíamos. Pero Mick y Keith te van a decir siempre que no, que era lo que necesitaban y blablablá... Sintiéndolo mucho, las pruebas son claras y no parecen darles la razón.
★★★☆☆
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