TWEE POP. Los Sea Urchins se formaron en West Bromwich, en pleno Black Country inglés. Era la mitad de los 80 del siglo pasado y la zona, como tantas otras, se encontraba asolada por el terremoto del heavy metal. Es fácil imaginarse lo difícil que debió ser encajar para estos cinco chicos encandilados por las guitarras tintineantes, la melancolía terminal y las panderetas. Un grupo de amigos que encontraron la salvación en un pop imaginativo, dulce y de verdadero ensueño. Justo lo contrario a lo que se llevaba por aquel entonces en esa zona minera donde mandaba la industria pesada por encima de cualquier conato de "tontería".
La banda tuvo una vida efímera. Desde su fundación allá por el 86 hasta su disolución en 1991 solo editaron un puñado de singles y se las apañaron para aparecer en un par de recopilatorios. Totalmente insuficiente para lo que muestra su talento y más que de sobra para entender enseguida que nos perdimos demasiado con su extinción prematura. El problema con ellos es que realmente, bien digeridos, no se hacen con un lugar propio al margen de gente como Pale Saints, Galaxie 500 o The Field Mice. Incluso R.E.M., ajenos al género, acaban siendo demasiado como para que nos paremos en serio con los Sea Urchins. Y claro, eso acaba equilibrando las cosas en su contra.
★★★☆☆
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