ROCK TEATRAL. El tercer trabajo muestra los primeros síntomas de agotamiento de una fórmula que Jim intentó llevar al extremo en una composición titulada "The Celebration of the Lizard". Este fue el caballo de batalla del disco. Venía a acercarse a los 20 min. y era una composición pensada para el teatro. Iba a ocupar toda una cara del álbum, pero entre la discográfica y el resto del grupo lo convencieron de la inviabilidad del proyecto. No se hizo.
Morrison se tuvo que conformar con la inclusión de un fragmento titulado "Not to Touch the Earth" (muy buena por cierto) y el añadido de la letra de esa celebración del lagarto en la carpeta interior del disco. Sea por desilusión ante el revés o por agotamiento de ideas, el disco, aunque notable, peca a ratos de excesivamente blando. Aún así, sigue ofreciendo joyas inmarchitables como "Hello, I Love You", "Love Street", "Not to Touch the Earth", "The Unknown Soldier" o "Five to One".
Jim no quedó contento con el resultado en este disco. Su obcecación en esa "Celebration of the Lizard" que el resto del mundo vio como algo absurdo le dejó tocado y tardaría en recuperarse. En el siguiente álbum su participación fue poco más que anecdótica, redondeando la que iba a ser la peor obra del grupo con diferencia.
Y encima a los fans, conocedores de la existencia de dicha pieza, los dejaba ávidos por echarle una escuchada, cosa que solo podríamos hacer gracias a algún que otro directo en el que la banda recrea la pieza. Aquí lo que nos encontramos es una letra larguísima en el libreto del disco que no se corresponde con ninguna de las canciones que suenan y con un lagarto dibujado al lado. Bueno, una parte sí que aparece en esa impactante "Not to Touch the Earth". Demasiado para el misterio y para un postadolescente que acabó escuchando este disco más que ningún otro de los Doors. Y todavía no entiendo el porqué.
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