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martes, 18 de junio de 2024

Husmeando el rastro caliente del amor

Hounds of Love (Kate Bush, 1985)

ULTRAPOP. Después de las dudas y la incomprensión que despertó su maravilloso cuarto álbum, The Dreaming (1982), Kate se concentró en casa y con su ocho pistas empezó a trabajar en una continuación que amplificara el efecto devastador de su obra anterior. De ahí salieron estos doce temas, canciones de pop mayestático, percusiones atronadoras y con influencias tan variadas como las películas de terror o el ciclo artúrico de Alfred, Lord Tennyson. Una locura que solo Bush estaba capacitada a llevar a buen puerto.

Hounds of Love es la obra maestra de la cantante y compositora. Su disco más atronador y el más conmovedor. Una obra capaz de vapulearte sin piedad y de mecerte con la dulzura más amorosa. Todo un pináculo artístico que no estaba al alcance de cualquiera. Solo una artista realmente grande podría haber ideado una obra tan compleja y a la vez disfrutable, tan dura y a la vez tan emotiva.

Esta obra de arte se dividía en dos partes, una por cara. La primera llevaba el título del álbum, así sin más, y es una colección de cinco gemas de pop salvaje e ingrávido. Una mezcla que parece difícil de imaginar, aunque para ingrávida y brutal, la segunda parte, una suite que tituló "The Ninth Wave", compuesta por siete temas, y que narra, al estilo de búsqueda a través de una visión que Tennyson aplicara a sus poemas sobre el rey Arturo, la angustia de una mujer luchando por no ahogarse en medio del océano. Un ciclo conceptual que, aunque resulta más costoso de digerir, acaba redondeando con maestría este álbum único.

He dicho costoso y eso podría llevar a equívoco. Hay aquí demasiada ambrosía como para sugerir que hay que hacer esfuerzo alguno para degustarla. Demasiada maravilla, demasiada poesía, como para asociar esto con el artificio o lo rebuscado. Nada de eso tiene cabida aquí. Hasta el folk se ha integrado de tal forma en la música de la de Kent que, aun permeando todo lo que hace, apenas se reconoce. A no ser que nos salte a la cara en cosas tan explícitas como "Jig of Life" o en una "Hello Earth", tonada tradicional de la época georgiana, que transforma en otra cosa mucho más solemne, hermosa e inalcanzable. Tres adjetivos que describen a este disco con la perfección que exuda en cada uno de sus recovecos, su música, su envoltorio... Uno de esos momentos en los que simplemente nos quedamos sin palabras.


Hounds of Love
A1 Running Up That Hill (A Deal With God) 4:56
A2 Hounds of Love 3:02
A3 The Big Sky 4:41
A4 Mother Stands for Comfort 3:08
A5 Cloudbusting 5:10
The Ninth Wave
B1 And Dream of Sheep 2:45
B2 Under Ice 2:05
B3 Waking the Witch 4:18
B4 Watching You Without Me 4:07
B5 Jig of Life 4:04
B6 Hello Earth 6:13
B7 The Morning Fog 2:34

Total: 47:03

Alfred, Lord Tennyson publicó sus Idylls of the King entre 1859 y 1885. Se trata de un ciclo de doce poemas narrativos que cuentan la historia de Arturo, Ginebra y los caballeros de la Mesa Redonda. 

En suma, lo que hace Tennyson es contar el fracaso de Arturo a la hora de elevar a la raza humana y crear un reino perfecto. Una imposibilidad que está en la sensación de ansia no satisfecha que deja este disco. Sin contar con que personajes como la Dama del Lago, de alguna forma personal, siempre irán en mi memoria junto a una cantante tan doliente, misteriosa y casi faérica como es Kate Bush.

En resumen, si Kate no hubiera dejado clara su relación con la obra del poeta laureado y con una leyenda como la de Arturo, hubiéramos tenido que inventárnosla, porque no se me ocurre relación más pertinente, más lógica ni más clara. No olvidemos que a británica nadie gana a la de Bexleyheath.

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