sábado, 5 de junio de 2021

Por amor al comercio

The Cars (The Cars, 1978)

 

NEW WAVE. Así es como se hace el pop en los EE.UU.. Los de Ric Ocasek y Benjamin Orr no entienden la melodía sin ir bien rebozada en guitarras serias y en insolencia rockera que te sacuda mientras te pringas de asfalto por esas carreteras que se pierden en el horizonte. Los de Boston fabrican un discazo de escucha obligada con los restos de esa autoinmolación con la que el punk se desintegró apenas unos segundos después de nacer. Elvis Costello, Cheap Trick o Jonathan Richman son los coetáneos entre los que se codearon unos Cars que siempre destacaron por su elegante insolencia.

Un desparpajo y una seguridad en sus poderes que les permitió crear pelotazos como este debut, un disco en el que las guitarras arañan sin perder un dramatismo que las hace engarzarse a la perfección con unas eyaculaciones de teclado que también podemos disfrutar en los famosos Attractions de Elvis Costello. Aquí de una manera más atmosférica y envolvente, con un clasicismo que les permite invocar incluso a Queen en algunos coros, tal es la falta de prejuicios y cortapisas de los bostonianos.

Por todo esto "The Cars" es un clásico instantáneo. Porque suena con convicción, suelto, sin miedos... Porque salió con el sabor de lo último manteniendo el poso de lo clásico. Una conjunción de ingredientes en la que prima el gusto por encima del virtuosismo o esa rabiosa actualidad que ha hecho tanto daño en tantas ocasiones. Pop de toda la vida, eléctrico, rabioso, coleante, sentido, inmediato y absolutamente eterno. Parece fácil, pero todos sabemos que esto no está al alcance de cualquiera.

★★★★

A1 Good Times Roll 3:44
A2 My Best Friend's Girl 3:44
A3 Just What I Needed 3:44
A4 I'm in Touch With Your World 3:31
A5 Don't Cha Stop 3:01
B1 You're All I've Got Tonight 4:13
B2 Bye Bye Love 4:14
B3 Moving in Stereo 5:15
B4 All Mixed Up 4:14
Total: 35:40
 
 
La cantidad de influencias en el disco da buena cuenta del hambre voraz, el gusto y la capacidad de filtrado infinita de un Ric Ocasek que nunca ha ocultado su interés por sonar accesible, aunque sin renunciar a ese toque intelectualoide que ha dado sentido y personalidad a todo lo que ha hecho.

Así no es extraño que podamos decir que aquí suenan ecos no siempre predecibles como Queen (muchos coros, empezando por los de "Good Times Roll"), Roxy Music ("Moving in Stereo") o incluso unos Crosby, Stills & Nash que siempre han estado en el ADN de Ocasek (armonías vocales en "All Mixed Up"). No olvidemos su empeño en sonar como ellos en Milkwood, una de sus primeras bandas.

Todo esto ha hecho de The Cars un grupo accesible pero respetado. En su época había quien decía que los aficionados a la música podían dividirse entre los más alternativos, los cuales escuchaban a The Clash, Talking Heads o The Cars, y los más "mainstream", los cuales idolatraban a Aerosmith, Queen o The Cars. Eso refleja a la perfección esa interzona en la que Ocasek siempre se ha movido como pez en el agua.

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