viernes, 3 de septiembre de 2021

En el jardín de las ciruelas eléctricas

The Electric Prunes (The Electric Prunes, 1967)

 

PSICODELIA. Conocido también como I Had Too Much to Dream (Last Night), el estreno del grupo angelino fue un disco innovador en el que exploraron los límites del fuzz y tontearon con una electrónica incipiente con la que tiñeron su música de psicodelia espacial. Unos recursos que hoy nos suenan de lo más naif, pero que marcaron tendencia de alguna forma, a pesar de que la propia banda no quedara muy satisfecha con los resultados.

Al fin y al cabo Mark Tulin y James Lowe habían fundado el grupo con la idea de componer sus canciones y el hecho de que la discográfica les impusiera dos escritoras externas, como Annette Tucker y Nancie Mantz, echaba por tierra sus pretensiones. Hasta siete de los doce temas incluídos aquí vienen firmados por las dos o alguna de las compositoras, cosa que molestó al grupo y a lo que achacaron que en el disco hubiera, según ellos, algunas canciones de relleno. Una afirmación que contrasta con lo alto que tasa esta obra en la actualidad por su carácter rupturista y su gran influencia en lo que vino después.

Y una afirmación que, lejos de parecerme descabellada, veo de lo más acertado. El grupo maneja la psicodelia de manera peligrosa. Balanceándose en un equilibrio inestable entre la seriedad de Iron Butterfly, la oscuridad de The Doors o The Velvet Underground, la locura de 13th Floor Elevators y la tontería supina de lo circense y ese engolamiento pseudomedieval que encuentro insufrible. Está claro de dónde vienen y lo que buscan, pero esa indefinición creo que no les beneficia y veo mucho más atractivo cuando exploran territorio ignoto junto a las tres últimas bandas que cuando se aferran a lo otro.

Como ejemplo claro, fijémonos en esa abyecta "Sold to the Highest Bidder", la cual, en un ejercicio premonitorio de primer orden, nos anuncia lo que iba a ser el thrash metal a lo Metallica (!), pero con bandurrias. Un horror que encuentra su espejo en otras "delicatessen" como "The King Is in the Counting House" o "The Toonerville Trolley". Cosas que justifican todo lo malo que pueda ocurrirle a un disco que, definitivamente, no ha envejecido nada bien.

★★★☆☆

A1 I Had Too Much to Dream (Last Night) 2:55
A2 Bangles 2:27
A3 Onie 2:43
A4 Are You Lovin' Me More (But Enjoying It Less) 2:21
A5 Train for Tomorrow 3:00
A6 Sold to the Highest Bidder 2:16
B1 Get Me to the World on Time 2:30
B2 About a Quarter to Nine 2:07
B3 The King Is in the Counting House 2:00
B4 Luvin' 2:03
B5 Try Me On for Size 2:19
B6 The Toonerville Trolley 2:34
Total: 29:15

"I Had Too Much to Dream (Last Night)" es la canción bandera del disco y del grupo. Algo que dice mucho acerca del alcance y la dimensión que acabaron teniendo. Una banda que estalló con ese tema y no supo prolongar su inlfuencia, muriendo de inanición en apenas un par de discos. Llegaron incluso a escribir y dejar preparado alguno, como ese famoso Mass in F Minor, que aun estando a su nombre, acabó siendo grabado por otros músicos.

Pero es cierto que el poso de la canción que abre esta obra sigue siendo palpable, su influjo notorio y su potencia sigue enganchando. Un clásico con todas las letras. Un clásico que partió (me parece a mí), como tantos otros, de esa "Paint It Black" con la que los Rolling Stones abrieron una veta inagotable en 1966. Ritmo a piñón y el exotismo de esos sitares que tanto daño (del bueno en su mayor parte) hicieron al rock en general y a la psicodelia en particular.

DISCOS RELACIONADOS


No hay comentarios:

Publicar un comentario