lunes, 14 de junio de 2021

Revuelta blanca

The Clash (The Clash, 1977) 


PUNK. Un puntapié. A eso asemejaría este disco. De la hornada del 77, aunque algo más sutil que sus coetáneos, este estreno ya muestra a una banda con un discurso más articulado y profundo que el simple "fuck you and go to hell" con el que los Pistols arrasaban. Un debut cargado de furia y miga, cargado de soflamas que mostraban la militancia política de unos chicos que en principio no se ajustaban a ese posicionamiento. No olvidemos que Joe Strummer venía de una familia más bien acomodada.

The Clash estaban en el mundo, no hay duda, y clamaban contra las injusticias de una forma airada y contundente desde el segundo cero. Todavía hoy se hace imprescindible someterse a la furia desatada de este álbum, un clásico por méritos propios que puede ser llamado su único disco puramente punk. Un arrebato eléctrico que no renuncia a hacer las cosas con clase infinita, y donde los cantos cerveceros se diluyen entre acordes cortantes y algún rescoldo de la flama reggae/dub que vendría después.

Demasiadas pistas como para no intuir desde el comienzo que estos iban a ser la única banda que importa. Un grupazo que entró en la historia por la puerta grande y al que aún hoy le vale el calificativo. Con este directo a los cojones no vale otra que someterse y disfrutarlo en toda su abyecta, arisca y limitada extensión. Londres arde, ¡y cómo!
 

 
A1 Janie Jones 2:05
A2 Remote Control 3:00
A3 I'm So Bored With the U.S.A. 2:24
A4 White Riot 1:55
A5 Hate & War 2:04
A6 What's My Name 1:40
A7 Deny 3:03
A8 London's Burning 2:10
B1 Career Opportunities 1:51
B2 Cheat 2:06
B3 Protex Blue 1:45
B4 Police & Thieves 6:00
B5 48 Hours 1:34
B6 Garageland 3:13
Total: 34:50

The Clash es el reflejo perfecto de sus tiempos. En cuanto a temática, retrata a la perfección el momento turbulento que se vivía en las Islas. Pero no es lo único. Lo mejor del disco es que es una obra de rock total concebida con el debido concepto que acaba integrando música, letras y envoltorio visual. 

La foto de portada es todo un clásico. Inspirada o no, guarda una relación indiscutible con ese icono que es también la carátula del primer disco de los Ramones, publicado un año antes. Una instantánea, la de los británicos, tomada por Kate Simon en el mismo callejón en el que se encontraba el local de ensayo del grupo, allá en ese Camden Town que desde entonces iría para siempre de la mano del movimiento punk.

No es menos reconocible la imagen de contraportada, una foto de la intervención policial durante el carnaval de Notting Hill en 1976, hechos que inspiraron esa "White Riot" que revienta en el corazón del disco. Música e imágenes entrelazadas en un abrazo para la eternidad. Y luego nos extrañamos de que algunos discos vayan a estar ahí siempre, mientras otros...

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