viernes, 24 de septiembre de 2021

Este muerto está muy vivo

Live / Dead (Grateful Dead, 1969)

 

ROCK PSICODÉLICO. De Jerry García decía su compañero Phil Lesh (bajo), que era capaz de hacer cantar cualquier instrumento que tocara. Y eso, aunque se refería específicamente a la steel guitar que empezó a utilizar en el posterior Workingman's Dead (1970), puede apreciarse a la perfección durante este viaje triposo al corazón del jipismo más expansivo, psicodélico y lisérgico en que pensarse pueda.

Live / Dead es un viaje sin esperanzas de retorno a las entrañas de la mente universal, la traslación más perfecta posible de lo que pasaba en sus ceremonias eléctricas tocadas por la química y la gracia divina. No me cabe duda de que enlatar todo lo que sonaba y todo lo que se sentía en un concierto de estos demiurgos de la electricidad es sencillamente imposible, pero este documento nos lo acerca aunque solo sea unos milímetros. Y eso ya es mucho.

Para grabarlo repitieron con esa mesa de 16 pistas que acababa de inventarse y que ya estrenaron meses antes en el fundacional Aoxomoxoa (1969). Todo un mundo de nuevas posibilidades que ayuda a desplegar un ataque instrumental que nunca había sonado tan exuberante en sus manos y que iba a ser una especie de despedida de la catarsis eléctrica en favor de un folk rock con el que iban a volver a sus orígenes en una serie de obras maestras por venir.

Por todo esto, Live / Dead puede verse como la culminación de toda una época y ni que decir tiene que es una de las obras más importantes del canon de los californianos. Un disco doble monstruoso que despliega un torrente de ideas inabarcable, que bulle y colea como mil serpientes y que por mucho que te pongas no vas a acabar de pillar jamás. Todos sabemos de la dieta rica en productos de laboratorio que ingerían estos personajes en estos tiempos. Una dieta estricta que haría polvo a cualquiera, pero sin la cual no se podría haber llegado a esto. A un disco expresionista y abstracto que se iba a convertir en el anuncio luminoso de todo un Bitches Brew (Miles Davis, 1969) aún por llegar. Ahí es nada.

★★★★☆
 
A Dark Star 23:15
B1 Saint Stephen 6:45
B2 The Eleven 9:39
 
C Turn on Your Love Light 15:30
D1 Death Don't Have No Mercy 10:30
D2 Feedback 8:52
D3 And We Bid You Goodnight 0:36
Total: 75:07
 
La portada del disco, maravillosa sin duda, tiene mucho de ese arte sacro que no va tan desencaminado como puede parecer para envolver esta música. Unas partituras hechas trizas que puedo imaginarme revoloteando en naves de crucero amplias y celestiales en altura, chocando contra esas vidrieras que mi mente conjura al disfrutar de las imágenes y los sonidos que forman esta obra.
 

Guste más o menos, entre mejor o peor, lo que es impepinable es que ya es cada vez más difícil encontrar álbumes con este nivel estético y esta dimensión artística. Discos con una personalidad que acaba fabricando todo un concepto y una visión únicos. Cosas estas en las antípodas de la comida rápida y facilona que a veces nos obligan a llamar música.

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