sábado, 6 de noviembre de 2021

Turbulencias estomacales

Pills 'n' Thrills and Bellyaches (Happy Mondays, 1990)

 

MADCHESTER. La liaron, pero bien. Los hermanos Ryder, el loco de Bez, toneladas de drogas de diseño y hedonismo sin coartada intelectual alguna. Vamos, lo que yo llamo diversión a manos llenas para reinventar la pista de baile desde el ángulo del rock alternativo.

Por eso serán recordados los Happy Mondays: por hacer un rock que parece música electrónica o quizás por barnizar las bases electrónicas con guitarras. En cualquier caso, lo que hacen los mancunianos se puede bailar y no sé si es porque tienen un bajo con un alma funk y soul innegable o porque consiguen que su blancura británica brille reluciente con esos toques negroides.

Y es que hay que echarle muchos huevos para encargarle a Paul Oakenfold y Steve Osbourne que te produzcan un disco, cuando vienes del mundo del rock. No se me ocurre nada más opuesto que lo que hacen estos DJs, cosa que el grupo ya sabía, ya que acababan de producirles "Step On", y cosa que evidentemente perseguían, posiblemente, solo para ver qué pasaba.

Y lo que pasó ya es historia del pop británico. Una de las obras capitales de los 90, un disco lleno de música pletórica, exuberante y adictiva. El hermanastro de otras maravillas como The Stone Roses (The Stone Roses, 1989) o Screamadelica (Primal Scream, 1991). El disparo de salida para un casi todo vale del que U2 tomó buena nota para su reconversión en Achtung Baby (1991). Ellos, entre muchos otros, porque el sonido puramente británico del combo también espoleó el renacimiento del pop en las islas, ya sea con el nombre de Oasis o Blur, o con el de The Libertines. Así de talentosos y así de apoteósicos suenan Happy Mondays en su obra maestra.

★★★★

1 Kinky Afro 3:59
2 God's Cop 4:58
3 Donovan 4:04
4 Grandbag's Funeral 3:20
5 Loose Fit 5:07
6 Dennis and Lois 4:24
7 Bob's Yer Uncle 5:10
8 Step On 5:17
9 Holiday 3:28
10 Harmony 4:02
Total: 43:49

El grupo reventó en mil colores con este disco, el tercero de una discografía fundamental para entender lo que pasaba en Manchester en el paso traumático de los 80 a los 90. Y lo que pasaba está en el ADN de bandas como esta o los Stone Roses, los vértices opuestos de un sonido que jugaba a travestir el rock de toda la vida. Un espíritu también presente en gente de fuera, como esos gloriosos Primal Scream, que jugaban a lo mismo desde Glasgow.

Las diferencias, no obstante, saltan a la vista. Mientras que los Stone Roses se desfogaban en la zona de confort del pop de guitarras con espíritu alternativo y Primal Scream mezclaban el baile con un rock & soul que apelaba a lo añejo, Happy Mondays dejaban que su rock sonara a música disco sin tapujos.

No sabría decir quién tuvo más influencia. Quizás sea equiparable en los tres casos dependiendo de la corriente que el acólito de turno quisiera tomar. Lo que sí me parece claro, y me choca un poco, es que un grupo del éxito desmesurado de U2 se fijó en los Mondays y especialmente en este álbum para dar forma a ese giro rotundo y brutal que fue Achtung Baby (1991). A eso lo llamo yo marcar tendencia.

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