SOUL ESTROBOSCÓPICO.
"- Just... What is it that you want to do?
- We wanna be free... To do what we wanna do"
Una cuestión inquisitiva con una respuesta dudosa e imprecisa. Un intercambio que condensa el espíritu expansivo de un disco enorme. Así se abre "Loaded", uno de los mejores temas. Un pico en una cordillera llena de ellos. Desde "Movin' on Up" a la narcótica versión de 13th Floor Elevators, "Slip Inside This House"; del himno "Higher than the Sun" a la melopea eterna de "Come Together"; de la ya mencionada "Loaded" al remanso de "Damaged". Son solo unos cuantos apuntes para el viajero psíquico. Mojones en el camino donde detenerse a observar paisajes de especial belleza.
Este es un disco con un ensamblaje perfecto y, a la vez, lleno de contrastes, de fusiones imposibles que se hicieron demasiado "normales" después. Pero eso no debe distraernos del hecho de que habrá pocos tan precursores como este. Pocos en los que la integración del rock en la música techno o del baile en el rock se haya hecho de una forma tan natural y adictiva. Tan adictiva como las sustancias a las que se debieron someter Bobby Gillespie y sus psiconautas para realizar esta obra, prueba irrefutable del (a veces) tan productivo maridaje entre música y drogas.
Tampoco querría olvidarme del toque soul que le otorgan las voces negras que invaden el disco. Lo de Moby estaba por llegar y esto era nuevo, auténtico, salvaje y excitante. Tampoco es que convenza a la primera. Ese toque se aplica a temas ultralargos y repetitivos. Uno tarda en apreciar que ahí está su grandeza. Tiene que llegar el solo de guitarra de "Damaged" para que todo cobre sentido y nos demos cuenta de lo que hemos vivido. Pero la cosa no iba a quedar ahí. Primal Scream deciden arriesgar, y así, donde muchos se hubieran detenido, en esta canción, la octava del lote, ellos deciden seguir con la fiesta. Lo cierto es que yo mismo lo hubiera dejado ahí. Hubiera quedado un disco de unos 50 minutos igual de bueno y más ligerito. Lo que pasa es que ellos decidieron ser fieles al espíritu de la obra. No podían cortar ahí, había que cerrar el after-hours. Por eso le añaden una coda con tres temas más. La conclusión es que el riesgo tuvo su recompensa y gracias a esa saturación hoy hablamos con tanta reverencia de Screamadelica.
Parece que con esta obra magistral hubieran encontrado la respuesta a todas sus dudas. Esas que hacían de sus dos primeros discos buenos ejercicios de estilo pero que no lograban separarlos del todo de The Jesus & Mary Chain. Recordemos que Gillespie fue batería de estos últimos. Y de paso, en su hedonismo imposible, en su evangelio redentor, que busca una nueva Comunidad, una nueva Hermandad entre iguales, encontramos una forma de vida y también la respuesta a la pregunta del principio. Una pregunta que no deja de ser un cuestionamiento de nuestra función en el mundo.
"- Just... What is it that you want to do?
- We wanna get loaded... And we wanna have a good time"...
¡Tan sencillo! ¡Y qué difícil!
★★★★★
Paul Cannell realizó la portada para la que se inspiró en una mancha de humedad del techo de las oficinas de la discográfica. Por supuesto acababa de tomar LSD. Es solo un ejemplo de la legendaria asociación entre este disco y las drogas de diseño. Su sonido de clara filiación house también influye en todo este aura.
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