High Violet (The National, 2010)
DRAMA. Inaugurando la segunda década del siglo XXI, The National se proponen ofrecer su versión, la más flamante y actualizada, del post-punk, como si eso le importara ya a alguien. Lo que pasa es que una cosa es la teoría y otra la práctica, porque en su intento por dotar a la música más abisal del drama más epidérmico dan con algo, sí, novedoso y personal. Algo a lo que poder agarrarnos en tiempos de descreimiento máximo.
No esperen aquí por tanto las simas insondables de Joy Division o la truculencia sanguinaria de los Bad Seeds. Si bien el tono ultragrave de Matt Berninger a la voz podría emparentarlo con Ian Curtis o Nick Cave, lo suyo es otra cosa. Un trasunto mucho más elegante y satinado. Por decirlo así, donde antes teníamos cristales rotos, ahora tenemos las copas de cristal de Murano más estilizadas y lujosas. Donde antes teníamos estacas astilladas, ahora tenemos el mobiliario de caoba más costoso y elegante.
Y no puedo decir que no me guste la actualización de dichos postulados. Como si de una versión mejorada y ampliada de esos gloriosos Tindersticks se tratara, The National depuran un sonido mayestático y gigantesco. Los mejores tapices para unas composiciones emocionales y emocionantes como hacía tiempo que no me había encontrado. Que todo esto corra el riesgo de reventar de expresionismo no deja de ser un problema, pero desde luego es una preocupación de la que no queremos ocuparnos con este disco. Ya veremos cómo evoluciona todo esto, aunque a día de hoy The National son la mejor noticia que podrían darnos dentro del panorama musical.
★★★★☆
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